miércoles

Alejandra Pizarnik

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"Las Palabras aún conservan una voz encerrada en la abstracción y la belleza."

EXILIO

....................................................a Raúl Gustavo Aguirre


Esta manía de saberme ángel,
sin edad,
sin muerte en qué vivirme,
sin piedad por mi nombre
ni por mis huesos que lloran vagando.

¿Y quién no tiene un amor?
¿Y quién no goza entre amapolas?
¿Y quién no posee un fuego, una muerte,
un miedo, algo horrible,
aunque fuere con plumas,
aunque fuere con sonrisas?

Siniestro delirio amar a una sombra.
La sombra no muere.
Y mi amor
sólo abraza a lo que fluye
como lava del infierno:
una logia callada,
fantasmas en dulce erección,
sacerdotes de espuma,
y sobre todo ángeles,
ángeles bellos como cuchillos
que se elevan en la noche
y devastan la esperanza.

domingo

Anne Sexton (EEUU,1928-1974)

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La balada de la masturbadora solitaria

El final del asunto siempre es la muerte.
Ella es mi taller. Ojo resbaladizo,
fuera de la tribu de mí misma mi aliento
te echa en falta. Espanto
a los que me rodean. Estoy saciada.
De noche, sola, me caso con la cama.
Dedo a dedo, ahora es mía.
No está tan lejos. Es mi encuentro.
La golpeo como a una campana. Me reclino
en el emparrado donde solías montarla.
Me tomaste prestada sobre el cobertor floreado.
De noche, sola, me caso con la cama.
Toma, por ejemplo, esta noche, mi amor,
en la que cada pareja mezcla
con un revolcón conjunto, abajo, arriba,
los abundantes dos sobre esponja y pluma,
hincándose y empujando, cabeza a cabeza.
De noche, sola, me caso con la cama.
Escapo de mi cuerpo de este modo ,
un milagro molesto, ¿Podría
poner el mercado de los sueños en exhibición?
Estoy extendida. Crucifico.
Mi pequeña ciruela es lo que decías.
De noche, sola, me caso con la cama.
Entonces llegó mi rival de ojos oscuros.
La dama del agua, levantándose en la playa,
un piano en la yema de los dedos, vergüenza
en los labios y palabras de flauta.
Y yo fui la escoba chueca, en vez.
De noche, sola, me caso con la cama.
Ella te agarró como una mujer agarra
un vestido de saldo de un estante
y yo me rompí como se rompen una piedra.
Te devuelvo tus libros y tu línea de pesca.
El periódico de hoy dice que estás de boda.
De noche, sola, me caso con la cama.
Los chicos y chicas son uno esta noche.
Desabotonan blusas. Bajan cierres.
Se quitan zapatos. Apagan la luz.
Las brillantes criaturas están llenas de mentiras.
Se comen mutuamente. Están más que saciadas.
De noche, sola, me caso con la cama.



Anne Sexton (Ann Grey Harvey, 1928-1974). Poeta norteamericana. Se casó a los diecinueve con Alfred Muller Sexton. Tuvo dos hijos. Enormes problemas mentales que la condujeron a institutos psiquiátricos. Compartió clases y rótulos con Sylvia Plath. Su libro Live or Die le valió un premio Pulitzer el año de su suicidio en 1974.

viernes

Nancy Morejón(La Habana, 1944)

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Yo escribo porque necesito hacerlo, el impulso de escribir es irracional. A mí me gustaría mucho que mi escritura sirviera para despejar incógnitas, para mejorar cosas de la identidad nacional, de las relaciones entre las culturas,de las relaciones de carácter familiar, de la familia, de la familia cubana, etc.
Nancy Morejón

El Tambor

Mi cuerpo convoca la llama

Mi cuerpo convoca los humos

Mi cuerpo en el desastre

Como un pájaro blando

Mi cuerpo como islas.

Mi cuerpo junto a las catedrales.

Mi cuerpo en el coral

Aires los de mi bruma

Fuego sobre mis aguas.

Aguas irreversibles

En los azules de la tierra

Mi cuerpo en plenilunio

Mi cuerpo como las codornices

Mi cuerpo en una pluma

Mi cuerpo al sacrificio

Mi cuerpo en la penumbra

Mi cuerpo en claridad

Mi cuerpo ingrávido en la luz

Vuestra, libre, en el arco.

(Tomado de Elogio y Paisaje ,
La rueda dentada
,
Ediciones Unión, 1996)
Nancy Morejón nació en La Habana en 1944. Licenciada en Lengua y Literatura Francesas, no sólo es una de las voces poéticas más originales de la Cuba posterior a 1959, sino que por su labor crítica y ensayística, así como por su importante contribución en organismos culturales, se ha convertido en una figura insoslayable de la actual literatura cubana. Traducida a varios idiomas, ha traducido a su vez a poetas como Paul Éluard, Aimé Césaire, Jacques Roumain, René Depestre, etc. Sobre la poesía de Nancy Morejón se cita frecuentemente un juicio muy peculiar de Nicolás Guillén. Lo negro, lo folclórico, lo revolucionario: tres raíces que son también tres riesgos. Nancy no se evade; por el contrario, los asume con profunda convicción, sin caer en el costumbrismo ni en la pancarta.
Antología Poética. Edición y prólogo de Mario Benedetti.


http://www.cubaliteraria.cu/autor/nancy_morejon/index.htm

jueves

María Eugenia Ramos (Honduras)

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RIESGO

Asumir la ternura
como deber histórico
es igual que volver
de un largo viaje,
mirarlo todo,
probar el temple
de la carne y el alma,
identificar el olvido
con la muerte
y decidir quedarse
quedarse
quedarse
y transformar
el corazón vagabundo,
hacerlo sólido,
creador legítimo de estrellas
aunque se rompa en el intento.

martes

SOMBRAS de Rosario Sansores (México, 1889-1972)

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(CUANDO TÚ TE HAYAS IDO)

Cuando tú te hayas ido,
me envolverán las sombras.

Cuando tú te hayas ido
con mi dolor a solas,
evocaré ese idilio
de las azules horas.

Cuando tú te hayas ido,
me envolverán las sombras.

Y en la penumbra vaga
de la pequeña alcoba,
donde una tibia tarde
me acariciabas toda:

te buscarán mis brazos,
te besará mi boca,
y aspirará en el aire
aquel olor de rosas.

Cuando tú te hayas ido,
me envolverán las sombras.





de:Poesía Popular Mexicana
(Selección y prólogo de Luis Miguel Aguilar -Serie Los Imprescindibles,
Editorial Cal y Arena, México).

Frida Kahlo(México 1907-1954)

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"Pies, para que los necesito si tengo alas para volar"
Frida Kahlo

Nació y murió en Coyoacán, Distrito Federal. Su verdadero nombre era Magdalena Carmen Frida Kahlo Calderón.
Estudió en el Colegio Alemán y en la Escuela Nacional Preparatoria de la Ciudad de México. En 1925 experimentó u n trágico accidente al ser prensado por un tranvía urbano el autobús de madera en el que viajaba.
En 1929 contrajo nupcias con Diego Rivera de quien se divorció en 1940 para volverse a casar con él un año después. Fue maestra de pintura en la Escuela de Artes Plásticas, y miembro del seminario de Cultura Mexicana. En 1938 montó su primera exposición individual en la Julien Levy Gallery de Nueva York.
Trabajos de ella fueron incluidos en la Exposición "Mexique" de 1939, en la Galería Renou et Colle de París, así como en diversas colectivas a lo largo de su vida en México.
Frida Kahlo con dos pájarosJuan Guzmán. c.1950

Cuando André Breton conoció la obra de Frida Kahlo dijo que era una surrealista espontánea y la invitó a exponer en Nueva York y París, ciudad esta última en la que no tuvo una gran acogida. Nunca se sintió cerca del surrealismo, y al final de sus días decidió que esa tendencia no se correspondía con su creación artística.
Participó en la Exposición Internacional del Surrealismo organizada en 1940 en la Galería de Arte Moderno en la capital de México. En su búsqueda de las raíces estéticas de México, Frida Kahlo realizó espléndidos retratos de niños y obras inspiradas en la iconografía mexicana anterior a la conquista, pero son las telas que se centran en ella misma y en su azarosa vida las que la han convertido en una figura destacada de la pintura mexicana del siglo XX.
Empezó a pintar durante una larga convalecencia copiando su rostro de un espejo montado en el dosel de la cama. Primero fue realista -retratos de amigos y familiares, flores-; después, a causa de la intensidad de sus sentimientos y de un cuerpo destrozado, pintó más y más su propia imagen combinada con expresiones oníricas a veces brutales. Parte de su obra incluso se ha asociado a tendencias surrealistas.
Instituciones de la importancia del Museo de Arte Moderno de Nueva York y Georges Pompidou de París alojan obra de Frida.

domingo

Idea Vilariño

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Quisiera estar en casa
entre mis libros
mi aire mis paredes mis ventanas
mis alfombras raídas
mis cortinas caducas
comer en la mesita de bronce
oir mi radio
dormir entre mis sábanas
Quisiera estar dormida entre la tierra
no dormida
estar muerta y sin palabras
no estar muerta
no estar
eso quisiera
más que llegar a casa
Más que llegar a casa
y ver mi lámpara
y mi cama y mi silla y mi ropero
con olor a mi ropa
y dormir bajo el peso conocido de mis viejas frazadas.
Más que llegar a casa un día de estos
y dormir en mi cama


sábado

Alba Correa Escandell(Uruguay,1946)

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Arenas movedizas

La verdad, la palpo, la analizo, la miro,
la huelo; cuando me lastima, es mía.

Enrique Agilda


1
Arenas movedizas
de la memoria

Sol
de espejos facetados

Ronda de telarañas
para que nada muera

Habrá como siempre
una única
Palabra

2

Soy la espuma y la sal
de ríos subterráneos

En muda integración
espigo
y florezco
en grana y azul

Otra vez
soy

3

Los hilos
dispersos
desconocidos
insospechados
alguna vez
se juntan

Nació en Dolores (Uruguay) y está radicada en la Argentina desde 1946. Es Profesora de Francés en la Universidad de Morón. En poesía ha publicado "El tiempo nuevo", "Arenas movedizas", "Paisaje" y "Pulsos y otros poemas" (Antología). Dirige con Alberto Luis Ponzo la revista literaria "Hojas del Caminador".

viernes

Susana Villalba (Argentina, 1956)

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Estás cayendo
como si el mundo fuera de agua
en el fondo
una ballena en su sueño
mamífero.
Una madre inmensa y movediza te traga
sin decir esta boca
es mía, esta es mi casa,
con su voz de sal que se disuelve
o se derrama en un reloj
donde el arriba y el abajo se confunden.
Estás cayendo muy alto.
Un desmoronamiento en la piel
de la culebra,
hay historias que te pesan
sin haberlas vivido.
Estás lejos de tu casa
que no es ésta.
Tratando de errar todo camino,
llegar hasta un desierto
donde escuchar tu corazón.
Y aún la luna
te sostiene por un pelo.
Estás flotando como si cayeras
si el agua te soltara.
El fondo es infinito,
no hay caída
que detenga la caída.
Tiendo la mano
pero estás cayendo en otro lado.
Pero yo también estoy cayendo.

Tiendo mi corazón
vacío de recuerdos y no es cierto
que se pueda empezar como si nada
hubiera sucedido.
Como un animal mojado
tiendo mi corazón al sol,
llovió tanto
que no sé dónde estás.
Pasan maderas, gatos muertos,
carteles como restos
de un mundo que fingía
estar en orden.
No hay arriba ni abajo,
vas como un sonámbulo
que al tropezar camina
por el borde de un sueño.
Soñé que el amor era sencillo,
soñé que algo dejaba de moverse
alguna vez
por un minuto entero.
Que había un sitio
para cada cosa
que levanta una casa,
las llaves, la silla
está quemándose otra vez,
otra vez estaba distraída,
como siempre.
Te ofrezco el corazón como un lugar
donde pasar la noche.
Pero la nieve es una tentación,
caer hasta que sea un manto
el frío, hasta que no haya nada
que perder.
También la nieve cambia,
estás cayendo en la ilusión
de redimir con cada paso
el paso dado.
Estás ante una puerta que golpea
el viento.

Llegan los restos
de un naufragio
que el agua trae hasta mi casa.
Estás a la deriva
y yo como muy lejos
te grito cuando el agua tira
hacia adentro
hay que hacerse a un costado
de la corriente.
Te veo por momentos emerger
y hasta te veo
saludarme, como si fuera un juego
de equilibrio.
Es tu manera
de que algo quede fijo,
yo, por ejemplo, en el sitio
de la espera.
Te sumergís sabiendo en qué lugar
está la playa
como una madre de oros
infinitos,
como una leona
en su mirada mansa pero atenta
sostiene el universo.
No me creas
si no te pido nada.

Estás cayendo y en silencio
pedís que no te tenga
en cuenta,
sería un peso más.
Tiendo mi mano y toco agua.
Me tiendo, estoy cansada,
la canilla pierde,
prometiste arreglarla pero hablabas de una
casa
imaginaria
que siempre está cayendo
en tu memoria.
Estoy cansada de palabras
que no sirven
para que me entiendas.
Estoy cansada de tus silencios,
yo también estoy triste
a veces,
yo tampoco sé
cómo salir.
Tiendo la mano para no caer
pero estás detrás de un vidrio,
no escucho qué gritás,
a quién,
el agua borra tus rasgos,
no sé quién sos.
Pero tiendo la mano
y te reconozco como un ciego,
como un perro reconoce su casa
por el olor,
por el vacío que la circunda.
Porque tiendo la mano
imantada
encuentra tu mano, en la multitud
me está buscando.
Me está buscando
allí donde no estoy.

Me tiendo en la cama, hace frío,
yo tampoco tengo dinero,
la gata pregunta por vos,
le digo en cualquier momento cae,
en cualquier momento cae por acá.
Caés sobre mí como un gato cae
sobre su sombra sin saber
si es una víbora o el viento
agita el pasto.
No sé si hay cascabeles en este país,
no viví en el campo como vos,
yo tampoco tengo todas las respuestas.
Voy por la casa tendiendo la mano,
tocando cosas,
pero las cosas no me agarran
ni responde su quietud
por qué todo se mueve.
Tiendo la mano hacia el teléfono.
Estás cayendo
como si quisieras dominar
el vacío.
Como quien encuentra
la cuerda
de un funámbulo, a mitad de camino
pregunta qué hago
aquí.
O cómo
hasta ahora no caí
o qué mano me soltó de pronto.
Estamos sujetos a la realidad
por un hilo delgado,
me sorprende, una opinión común
construye el mundo,
me sorprende que exista
todavía
si no nos entendemos
vos y yo.

Estoy cayendo otra vez en conjurar
la ausencia con palabras.
Estoy cayendo en la trampa
que me tiende tu fuga,
me vuelvo un cazador
de imágenes
y no quiero perder
toda esperanza.
Soy yo ¿te acordás?
La que está cansada
pero se levanta.
La gata también se levanta,
me sigue a todas partes
como en mi casa
no sabés dónde ponerte.
Te ofrezco mi silla quemada,
mi máquina de escribir.
Pero no hay dónde recibir.
En el corazón deshabitado
nadie escucha,
nadie escucha que estoy golpeando
la puerta, dejame entrar,
estás durmiendo en el suelo,
estás
soñando y creés que estás cayendo.
Dejame entrar, soy yo,
la que tiene miedo de la ausencia.
Mi corazón también fue abandonado,
yo también abandoné mi corazón
alguna vez.
Dejame salir,
estoy encerrada en una cita,
y soy la que tiene miedo del encierro,
¿te acordás?
Llaman las amigas pero estoy cayendo
en la trampa de la espera,
ya no sé qué quería
yo.
Porque soy yo todavía,
la que llega siempre a casa
como después de un largo viaje
y encuentra que la casa se mueve
como un barco.

Pasó la tarde,
agazapada en su silencio,
como vos, la gata ve las cosas
de otra forma.
Tiendo la mano hacia el reloj,
ya no te espero, caigo en otra trampa.
Te espero en un lugar que no existe.
Soy yo la que no llega
a comprender que se vacía
lo lleno y viceversa.
Caés como el cangrejo
en un caracol vacío.
Como cae un caballo
celoso de su sombra,
La luna estaba
demasiado alta.
La ballena sueña con el hijo
que pueda separar la tierra
en dos cuando camina.
Tiendo la mano y sólo encuentro algas,
minutos que se escurren
lamentos
del agua que es el alma
del mundo.
Soy yo la que lleva un cartel
de aquí se escucha
y todo el que ha perdido
el corazón,
como si fuera un caracol que canta
me lo tiende.
Menos vos.

Lo que une a dos personas
más tarde las separa.
No me imagines quieta
en un lugar,
no me imagines, soy yo.

No sé si estás cayendo
o ascendiendo en un camino
en el que es necesario despojarse.
Pero estás como arrancado
del jardín de tu casa,
trasplantado en mí.
Como si no tuvieras manos ni pies
sino raíces.
Pero en el agua.

Soy yo,
el fuego que no viste todavía.
Y nunca he visto un fuego sobre el agua.

de “Matar un animal”(Bajo la luna, 1997)

miércoles

Tatiana Oroño (Uruguay, 1947)

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Quiero escribir los versos
que se aten
a lo que conocí, a las cosas que quise
versos restitutivos
de los tiempos que fueron
como animales mansos
masticando las briznas de mi primera vida.
Quiero escribir un verso en donde cante
mi ligadura al modo que viví
mi destino grupal, mi infatigable rumbo
de célula compleja.
(Y que se escriba
con el corazón alto y un latido
perdiguero y delgado.)

El alfabeto verde
, 1979.





POÉTICA


poesía es
cuando no le hago sombra
cuando filtra porosa persuadida


no yo. este comportamiento
esta manera dada sostenida
adentro/afuera.


1982. Todo tuvo la forma que no tuvo, 2002.

sábado

Yolanda Pantin (Caraca,1954).

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Vitral de mujer sola

Se sabe de una mujer que está sola
porque camina como una mujer que está sola
Se sabe que no espera a nadie
porque camina como una mujer que no espera a nadie
Esto es
se mueve irregularmente y de vez en cuando se mira los zapatos
Se sabe de las mujeres que están solas
cuando tocan un botón por largo tiempo
Las mujeres solas no inspiran piedad
ni dan miedo
si alguien se cruza con ellas en mitad de la vereda
se aparta por miedo a ser contagiado
Las mujeres solas miran el paisaje
y se diría que son amantes
de las aceras/ de los entresuelos/ de las alcantarillas/ del subsuelo
de los subterfugios
Las mujeres solas están sobre la tierra al igual que sobre los árboles
les da igual porque para ellas es lo mismo
Las mujeres solas recitan parlamentos
estoy sola
y esto quiere decir que está con ella
para no decir que está con nadie
tanto se considera una mujer sola
Las mujeres solas hacen el amor amorosamente
algo les duele
y luego todo es más bien triste o colérico o simplemente amor
Estas mujeres se alumbran con linternas
van al detalle
saben donde se encuentra cada cosa
porque temen seguir perdiendo
y ya han perdido o ganado demasiado
Ellas no lo saben
porque van del llanto a la alegría
y a veces piensan en la muerte
También planean un largo viaje e imaginan encuentros posibles
Administran el dinero
compran legumbres
trabajan de 8 a 8
Si tienen hijos hacen de madres
son tiernas y delicadas
aunque muchas veces se alteren
un pensamiento recurrente es
ya no puedo ni un minuto más
Las mujeres solas tienen infinidad de miedos
terrores francamente nocturnos
los sueños de tales mujeres son
terremotos catástrofes sociales
Una mujer sola reconoce a otra mujer sola de forma inmediata
llevan el mismo cuello airado
lo cual no quiere decir que no quieran a nadie más que a sí mismas
esto es completamente falso
Lo cierto es que la casa de una mujer sola
está abierta a su antojo
Una mujer sola
no puede curar su soledad
porque nada está enfermo
se remedia lo curable
una gripe o un dolor de estómago
La mujer que piense que su soledad es curable
no es una mujer sola
es un estado transitivo entre dos soledades
infinitamente más peligrosas
Una mujer sola es una mujer acompañada
aunque de este hecho no se percate más que el zapato
al que mira con detenimiento
o el botón
que parece representar algo verdaderamente importante
como de hecho lo es
como los árboles o el cielo
sólo que el privilegio que deriva de semejante atención
es más bien propio de las almas temperadas al siguiente fuego:
id contigo
para estar con vosotros

(de Correo del Corazón, 1985)


Es autora de los siguientes libros de poesía: Casa o Lobo (Monte Ávila Editores, Caracas 1981); Correo del Corazón (Fundarte, Caracas 1985); La Canción Fría (Angria, Caracas 1989), Poemas del Escritor (Fundarte, Caracas 1989), El Cielo de París (Pequeña Venecia, Caracas 1989), Les Bas Sentiments (Fourbis, París 1992), Los Bajos Sentimientos (Monte Ávila Latinoamericana, Caracas 1993), La Quietud (Pequeña Venecia, Caracas 1998), La Épica del Padre (La nave va, Caracas 2002), Poemas Huérfanos (La liebre libre, Maracay 2002), El hueso Pélvico ( Eclepsidra, Caracas 2002), Poesía reunida, 1981-2002 (Otero, Caracas, 2003 (en prensa), además del poema dramático La Otredad y el Vampiro (Fundarte, Caracas 1994). En 1998 publicó en España la antología personal Enemiga Mía. En 1989 recibió en Caracas el Premio Fundarte de Poesía. En 2004 recibió la Beca Guggenheim.

viernes

Poetas mapuches

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Graciela Huinao (Chile)


Salmo 1492



Nunca fuimos
el pueblo señalado
pero nos matan
en señal de la cruz


de Walinto, 2001


***************************************
Jacqueline Caniguán(Chile)


Desde hace días
que viaja mi pensamiento,
viaja a encontrarse contigo.


Mis palabras corren para buscarte
en aquella montaña tan tuya,
la de neblinas, hualles y canelos,
allá donde vivo, me dices.


¡Ay! Me digo,
sufre mi corazón
por haberse prendado de ti,
hombre ajeno,
hombre extraño.


Mi pensamiento debe regresar.


de Epu mari ülkatufe ta fachantü, 2003
***************************************************************
Liliana Ancalao (Argentina)


ella respira en la membrana
de un tambor remojado en la garganta
desde la piel de cueros costurados
hasta la aguada de los teros
lejos


a veces
cuando pienso las alturas
soy un cóndor que se arroja contra el frío
arrancándose las alas en el filo de los pinos


y los volcanes se hacen llamas en los dedos
y me truenan los potros torturados en las
venas


y esta voz
que es ceniza en los labios
pretende ser cascada en el desierto




desde la sangre caer mi llanto
gritar
hasta el abismo del silencio




de Tejido con lana cruda, 2001


***************************************************
Roxana Miranda Rupailaf(Chile)


"Castigo y caída"


I
El ojo entra en el ojo
que penetra
siendo adentrado también
y confundido en lo líquido
de las visiones.


II
Muéstrame tus hijos.
Los he escuchado gritar contra mi vientre.
Sobre el agua corren con el sol metido en la palabra.
Arderlos quiero,
sentirlos.


Viajar aire en la espalda.
Saltar tus hijos en lo verde.




III
Quiero mariposa rodando a mis aguas.
Húndelas
hasta salirme brazos.
Ruédame la boca
y atórate de sal.
Muérdete las vidas.


Sácame los gritos con sus ojos.
Súbeme al relámpago y estállame.


IV
Beso carne tuya
mezclando lo que de sabores
tenemos a deseo.
Huelo la tibieza de tus piernas
y la proximidad del vuelo.
Contengo la lengua y la palabra
que giras mientras entras.


Lamo ojos tuyos en que verme
sostenida
en mariposa que se tensa.
Siento desprenderse los colores
en ríos que se salen con sus
gritos.
Subo sobre el fuego para piel
acabar viento en el respiro.


V
La diosa montada en tu sol
desarma la trenza
en tu vientre
y se deja cortar el ombligo
por espada de agua.
Los ojos le emergen
hasta asfixiar el aire que sobra
en espacio de cuerpos.




VI
Entre los ríos
tú asomas la cabeza.
Gritas en mi grito de inundarnos.
Empujo hasta la plenitud
del verte.


Parado ahí
y ensangrentado.


Dispuesto a correr fuera de mí
y en dirección contraria.


en Revista El Puñal, abril 2009
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María Isabel Lara Millapán (Chile)


"Mangín"


Bajo el agua
Duermen las flores en invierno.
La luna nueva
Me trae tu nombre de regreso,
Pero no tus ojos.
Llueve, llueve,
La lluvia dice lo que pienso
Y mi corazón está lejos.




de Puliwen Ñi Pewma - Sueños de un amanecer, 2002
***************************************************

Antología de Poetas Mujeres Mapuche

Como lo hicieran nuestras abuelas al urdir la ausencia, el silencio de las penas y alegrías en sus telares. Hoy, Siete Mujeres Poetas Mapuche escarmenamos nuestras vidas y las de nuestros antepasado para seguir Hilando en la memoria con la esperanza de que jamás se corte el hilo de la palabra ovillada en nuestras en las manos. En la misma hebra literaria nos encontramos anudando la tradición oral, la escritura y la memoria, y no ha sido fácil levantar este telar literario con olores, sabores y códigos propios.

"Juego de naturaleza.
Hubo que partir un día hermano.
Donde los vientos del norte vuelven al sur.
Atrás quedaron los cantos.
Estrella caída de los árboles.
Se cumple la profecía.
Todas las lenguas se besan en mí."






Küme Dungun/Küme Wirin, antología poética bilingüe Mapudungun-español, reúne voces y letras de una treintena de mujeres Mapuche de Ngulu Mapu y Puel Mapu (hoy Chile y Argentina) que desde inicios de siglo XX hasta inicios de siglo XXI han contribuido a mantener viva la identidad cultural y la unidad Mapuche a través de sus expresiones poéticas.
Se establece como punto de partida de esta antología, las primeras recopilaciones de ül (cantos mapuche) de mujeres y se realiza un recorrido por las diversas producciones poéticas posteriores, deteniéndose en los momentos de mayor visibilidad cuyos hitos se encuentran a principios y fines de siglo XX. Se incluyen en este libro, tres estudios críticos y un prólogo que dan cuenta de las particularidades en que se afincan y se desarrollan tales poéticas y las condiciones históricas, sociales y políticas en que se producen y son recepcionadas.


Hay aquí una diversidad de voces y temáticas, de lenguajes y poéticas que nos hablan a su vez de la diversidad de historias y memorias de un pueblo que fue derrotado militarmente, dividido en su estructura sociopolítica y reduccionado geográficamente, pero que aún canta, obstinadamente. Inche kai che! parece ser la frase decisiva. “Yo también soy gente” se deja oír en estos versos.


Poetas Antologadas:


Puel Mapu, Argentina:
Liliana Ancalao - Viviana Ayilef - Aylin Ñancucheo.


Willi Mapu, Chile:
Sonia Caicheo - Ivonne Coñuecar - Karla Guaquín - Jeannette Hueitra - Jeannette Huequemán
- Graciela Huinao - María Elisa Huinao - Faumelisa Manquepillán - Roxana Miranda Rupailaf - Adriana Paredes Pinda - Miriam Torres Millán - Alejandra Llanquipichún.


Ngulu Mapu, Chile:
Yenny Díaz Wentén - María Isabel Lara Millapán - Maribel Mora Curriao - Rayen Kvyeh -
María Teresa Panchillo


Lafken Mapu, Chile:
Jaqueline Caniguán - Eliana Pulquillanca.


Santiago Waria, Chile:
María Huenuñir Antihuala - Mariela Malhue.


Valparaíso Waria, Chile:
Cecilia Nahuelquín


Ülkantufe de fines de siglo XIX e inicios de Siglo XX
Amalia Ayllapán - Guillermina Epullán - Antonia Kaiún - María Lienlaf - Papai Maril - Juana Marinao - Melillán de Panguipulli - María Francisca Painemilla - Magdalena Tripaiantü - Teresa Weitra. Ivonne Coñuecar Araya.

Emma Barrandeguy (1914-2006)

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“...no palabras que se evitan, sino letras perforadas, raídas, que exhiben su no estar allí como orificios de una bala en una red de pesca. Por eso esta Emma hiere tanto. Las personas preferimos las letras tranquilizadoras y prolijas, no los orificios que nos dicen ‘aquí hay algo, pero no te lo diré"
A propósito de su obra escribió María Celeste Mendaro


Refrán

Por que has dicho:
“El que mucho abarca poco aprieta”.
¿Aprieta qué?
Aprieta el acopio de las cosas.
Quisiera en cambio no poseer nada
más allá del secreto silencioso de las lámparas.
Aprieta tú en tu mano
Aquello que adquiriste.
Aprieta lo especial, lo que autoriza,
Aprieta tú el sumario
y déjame abarcar la nube,
la rama, el rumor de los cables,
el vuelo, el mar,
la receta del bizcochuelo,
los bolsillos del niño
y también el cobro de la quincena.
Déjame abarcarlo todo
y no retener nada
ya que debo irme con las manos vacías
como vine.
Te dejo medir el gesto que conviene,
Acumular los recibos y las planillas.
Me encontrarás en el frigorífico,
en la simetría de las plumas,
en la cantera, en el motor, en el basket,
en la exposición de grabados,
en la charla con el guarda,
en el derrumbe de las jerarquías
o mirando el cielo de noviembre
cuando es de día a la salida de la oficina.
Mi respuesta tiene la única vulgar certeza:
dentro de cincuenta años,
todos los de mi edad estaremos muertos.
Y tu cargo será ocupado por otro.
Déjame pues.
Mientras,
déjame terminar de leerlo.
Para ir abarcándolo todo
para ir cada día
apretando en mis manos menos cosas.



Poeta, novelista, ensayista y periodista. Se formó en las letras en Gualeguay, Entre Ríos, con Carlos Mastronardi y Juan L. Ortiz. En Buenos Aires ejerció el periodismo en la revista “Vea y Lea” y en la redacción del diario “Crítica”. Lúcida, vital ,erudita y dueña de una poesía incisiva que no desdeñó lo cotidiano para afirmar la fuerza de su verso. Por su texto “Crónica de medio siglo” recibió el Fray Mocho, el más alto galardón literario que otorga su provincia. Las puertas, es uno de sus poemarios editados.

miércoles

Otro cielo

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a "la negra" a quien extraño sin fin (1956-2006)


pensando en ella entre fuegos de artificio

miro el cielo encendido
mientras agoniza
entre nubes de estruendo
y me pregunto si allí donde ella está
mira el mismo cielo que yo miro
las mismas nubes y estrellas
y luces de artificio

y me pregunto si mirar
no es crear el propio cielo
las propias luces y nubes y ruidos
y me digo entonces
que no existe el mismo cielo
para dos

©Andreas

Alcira Fidalgo Pizarro (1949-¿1977?).

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POEMA XVIII

¡Qué tanto!
ya me jodieron bastante.
Encadenaron mis pájaros de viento
y no les dije nada.
Salí a comprar una manzana
pero estaba prohibida
(por su color)
o por su asunto
de Adán y Eva.

Quise estudiar astronomía
y tampoco pude
(no fuera que los rusos
enseñaran marxismo entre las nubes).
Quise danzar los pensamientos
y me pusieron botas
en los pies desnudos.
Siguen jodiendo,
pero ahora,
robamos por docenas las manzanas.
Por las noches,
..en balcones sin luces brotan ojos
que estudian los sputniks.
Y mañana,
cuando festejen no sé bien qué fecha solemne
verán pasar mis pájaros de viento.


Alcira Fidalgo Pizarro. Poeta y artista plástica. Estudiante de derecho, militante del campo popular, residió en Jujuy, Salta, Mar de Plata y Capital Federal donde fue detenida y desaparecida en 1977. Dice Reynaldo Castro respecto de su poesía: "Un texto poético es importante -indistintamente de los temas que trata- cuando tiene fundamentos formales (autocrítica, reflexión sobre el lenguaje, y rebeldía hasta frente al hecho de ser poesía) que lo trascienden. Estos poemas [...] tienen esos fundamentos. "Oficio de aurora" es su único poemario.

lunes

América en su voz:Gabriela Mistral

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Hace exactamente cincuenta años, el 10 de enero de 1957, moría la gran poeta nacional de Chile, Gabriela Mistral. Su fama no sólo fue local: se extendió por todo el continente y de hecho fue el primer autor latinoamericano en ganar el Premio Nobel. Su figura de maestra, autora de poemas recitados de memoria en las escuelas, es el lado evidente de otras leyendas más oscuras tejidas a su alrededor. Radar revisa la obra de un hito de gran vigencia y vigor en la historia de la literatura latinoamericana.

A muy pocos les sucede convertirse en próceres en el transcurso de su vida. Percibir de antemano, en su propio rostro, la broncínea complexión del monumento. Algo que Gabriela Mistral ni siquiera debe haber imaginado el día en que por primera vez bautizaron con su nombre una escuela. Un gesto que a lo largo de su vida iba a repetirse, no sólo en Chile sino en otros países, y que es uno de los engranajes del proceso de canonización que en su país llegó a estampar su efigie en los billetes de 5 mil pesos, y a darles su nombre a calles, plazas, una universidad, un premio literario, un club de fútbol y, por supuesto, a escuelas.
Gabriela Mistral fue mientras vivió una celebridad literaria. Y a tal punto lo fue que algunos piensan que su prestigio como escritora se vio afectado por su notoriedad pública. Lo más asombroso, en este sentido, es que Mistral ya fuera reconocida en gran parte del continente antes de que apareciese Desolación, su primer libro. Una circunstancia atípica que habla del renombre que obtuvo en los inicios de su carrera gracias a las numerosas revistas y publicaciones que difundieron sus escritos en distintos países, y que hizo posible, entre otras cosas, que la primera escuela “Gabriela Mistral” se fundara en México y no en Chile.
1914 es el año en que el mito empieza a adquirir forma. Un mito que se gestó en el instante en que Lucila Godoy adoptó el nom de plume que la volvería célebre. Ese mismo año, Mistral ganó en Chile un importante premio literario (los Juegos Florales) con una serie de poemas titulados Los sonetos de la muerte. Y casi de inmediato se corrió la voz de que esos textos estaban inspirados en el suicidio de un enamorado de la joven escritora. Así, la leyenda cuenta que a Romelio Ureta, un muchacho que trabajaba de guardaequipaje en el ferrocarril y al que ella conoció a los 17 años en La Cantera (un pueblo en el que ejercía el cargo de maestra interina), sólo le encontraron en sus bolsillos una tarjeta con el nombre de Lucila Godoy el día en que se voló la tapa de los sesos. Un hecho que poco tardó en ataviarse de un glamour amarillista en la afiebrada imaginación de sus lectores, y en ser recogido –como se dijo– por “la crónica roja de la poesía”.
Por eso y por su conmovedora belleza, “Los sonetos de la muerte” y los demás poemas que recrean en Desolación la elegía del suicidio se ubicaron durante mucho tiempo en el centro de atención de la crítica. Cosa que ocurrió más allá de que Mistral renegara después de esos famosos textos (“Son cursis, dulzones”, escribe en una carta a principios de los ’50), o de que incluso desmintiera las especulaciones en torno de los motivos del suicida (“Esos versos fueron escritos sobre una historia real. Pero Romelio Ureta no se suicidó por mí. Todo aquello ha sido novelería”). En ese episodio reside, sin embargo, el origen de la imagen de sufriente que la acompañaría luego; de dueña de una biografía amorosa sembrada de infortunios. Un estereotipo que ha alentado a gran parte de la crítica a leer su obra románticamente y a creer –como Volodia Teitelboim– que “la vida le dictó su poesía” al oído.
“Se escribe desde el dolor pero no en el instante del dolor, y aquello que se escribe es otra cosa que el dolor mismo”, sentenció Clarice Lispector. Y es por esa distancia insalvable que la literatura nunca aporta pruebas. De ahí que la “sinceridad” que a menudo se ha querido leer en la literatura de Mistral (y en la de tantas otras escritoras) no alcance a distinguir el abismo que hay tendido entre vida y escritura. Una mistificación del hecho literario (la “sinceridad poética”) que busca convencer al lector de que es posible operar sobre el texto a corazón abierto. No extraña, entonces, que se diga que Gabriela Mistral en algunos de sus textos ensayó una catarsis de las muertes de Ureta y de su propia madre (tema al que le dedica un apartado de su libro Tala), al igual que del suicidio de Juan Miguel (apodado Yin-Yin), el sobrino que adoptó cuando era un niño a instancias de un medio hermano suyo, y que a los 18 años ingirió veneno (tragedia de la que la escritora nunca logró recuperarse). Casi una fenomenología del dolor (del sufrimiento femenino como herencia romántica, se podría decir) que ha constituido el lado A de las lecturas que apelaron en Mistral a su “carne hecha verbo”.
Pero casi siempre hay un reverso del relato oficial que suele acicalar, para el panteón, la “vida y obra” de ciertos escritores. Un “lado oscuro de” que, en el caso de Mistral, incluye la violación que ella habría padecido a los siete años (¿fantasía histérica?) y el horror al sexo que se dice que sufría (y que habría malogrado sus escasas relaciones). Eso sin contar, por supuesto, su presunto lesbianismo: una leyenda negra que se ha agitado al compás del séquito de mujeres y secretarias personales que a lo largo de su vida la acompañó, y que no ha pasado de ser un rumor escandaloso, un tabú más o menos explícito. Lado B de su mito personal que se ha disimulado detrás de su imagen de prócer cultural y madre asexuada; de maestra pacata y mujer religiosa.

La angustia de las no influencias

Gabriela Mistral es una de esas escritoras que leemos en la escuela. Una comprobación que lejos está de ser una obviedad si se tiene en cuenta que ella escribió numerosos textos para que fueran leídos allí, precisamente. Durante el viaje que emprende a México en 1922, hacia donde se embarca convocada por el gobierno para colaborar en un proyecto de reforma educativa (y tras el cual jamás volvería a residir en Chile), Mistral arma una antología de textos propios y de otros autores, bajo el título Lecturas de mujeres, y lo publica como bibliografía para los colegios. Tiempo después, en 1924, aparece Ternura, su segundo libro: un volumen que reúne sus rondas y canciones de cuna, y con el que la poeta pretende sacar a la literatura infantil del lugar subalterno que tradicionalmente ocupa. “He querido hacer una poesía escolar nueva, porque la que hay en boga no me satisface; una poesía escolar que no por ser escolar deje de ser poesía”, escribe en una de sus cartas. En ese libro, sugestivamente, aparece su “Himno de las escuelas Gabriela Mistral”: un texto cuyo título ya lo dice todo.
Así es que ella monta un artefacto de escolaridad en el seno de su obra. Un artefacto en el que, si bien responde a su afán pedagógico, no hay que dejar de ver los resortes de su legitimación literaria. Porque si en la escuela se tiende a leer los textos clásicos (la escuela es uno de los agentes formadores del canon literario, de hecho), escribir para la escuela no vendría sólo a cuento de su papel de educadora. Allí se pone en escena cierta capacidad estratégica de su parte; cierto trabajo de gestión literaria. Lo que explica que la imagen de mujer institucional que construyó de sí misma (y que es una de las formas en que ha sido asimilada por la cultura chilena) tenga uno de sus pilares en la escolaridad de su escritura. En cómo detrás de la maestra rural aparece el prócer.
La imagen de “madre universal” de Mistral, podríamos decir, es la otra pata del asunto. Sobre todo si se observa que la maternidad (de manera notable en sus textos infantiles) es quizás el principal leitmotiv de su obra. “Dame el ser más madre que las madres, para poder amar y defender como ellas lo que no es carne de mis carnes”, le implora a Dios en un texto llamado “La oración de la maestra”. Un propósito que cumple, por ejemplo, cuando dona sus ganancias por las ventas de Tala (libro que Victoria Ocampo le publica en Sur en 1938) a un refugio de niños vascos víctimas de la Guerra Civil Española (gesto cuyo pathos maternal se refuerza con saber de la ascendencia vasca que la poeta tenía).
Pero, ¿cómo se explica que una mujer que nunca concibió un hijo (y que eludió escribir sobre la experiencia de haberlo adoptado) haya llegado a ocupar en el imaginario social el lugar de madraza? Precisamente por el padecimiento de quien vio en la maternidad su razón de ser (y de todas las mujeres), pero halló en su resignación su cuota de martirio. Un padecimiento que invita a una identificación primaria, a un cierto edipismo, en tanto deseamos ser hijos de esa madre cuyo deseo de ser madre nos hace desear ser sus hijos. Así es que la figura de Mistral se toca con la de la propia Virgen, pues ambas encarnan una mater dolorosa y asumen su maternidad espiritualmente. Como escribe Pedro Prado de su amiga poeta: “Ultimo eco de María de Nazareth, eco nacido de nuestras altas montañas, a ella también la invade el divino estupor de saberse la elegida; y sin que mano de hombre jamás la mancillara, es virgen y madre”.
Ese destino de estampita (Santa Gabriela Mistral se titula un libro sobre la chilena) es el que comienza a gestarse en una escena de iniciación en la que la pequeña Lucila corre, luego de salir de clase, a guarecerse en una mata de jazmín para devorar una Historia Bíblica. “Con el cuerpo doblado en siete dobleces, con la cara encima del libro, yo leía la Historia Santa en mi escondrijo, de cinco a siete de la tarde, y parece que no leía más que eso, junto con Historia de Chile y Geografía del mundo.” De punta a punta, Mistral aparece cifrada en ese mito de infancia. Sobre todo, porque en él la Biblia es establecida como “texto fuente” (ella no se cansará de admitir las influencias de esa Obra en la suya); además de por la forma en que literatura y religiosidad (la lectura como culto) están, allí, irremisiblemente unidas.
El retraimiento mistraliano es otra de las cosas que sugiere la escena. Pues esa “salvajita que se escapa de una mesa a leer en un matorral” en algo se parece a la maestra que –porque cree no tener el vestido adecuado para subir al escenario– decide observar desde el fondo del teatro, anónimamente, la ceremonia de entrega de los Juegos Florales. Retraimiento que se advierte, a su vez, en la recurrencia con la que Mistral aparece mirando hacia abajo en sus fotografías. Una “política del pudor” (como marca Alan Pauls en el caso de Borges) que también opera en los reparos que durante años tiene ante la idea de publicar un libro. (Algo que finalmente hace en 1922, cuando por pedido del Instituto de las Españas, de la Universidad de Columbia, da Desolación a imprenta. Una decisión que toma luego de haberse rehusado, en más de una oportunidad, al ofrecimiento de editar sus poemas en un libro.)
“Todo lo malo que pueden decir de mi libro me lo he dicho yo antes”, le aclara a Eduardo Barrios en una misiva. Palabras en las que no sólo se filtra cierta modestia y la férrea autocrítica que la caracterizaba sino también su resguardo ante los ataques que ella misma preveía. Pero si algo está claro es que los escarnios de los que fue objeto incluso antes de publicar su primer libro no aclaran el entuerto de por qué ella es la única de los grandes poetas chilenos que no fundó escuela entre las generaciones de poetas que vinieron luego. Algo en lo que muchos críticos y escritores han coincidido y coinciden y seguirán coincidiendo, en vista de los influjos que en Chile regaron a su paso voces como la de Huidobro o la de Neruda. Hipótesis, por supuesto, hay varias: su perfil algo anacrónico ya para el momento en que escribía; su provincianismo; su estatuto de “poeta nacional”; el hecho de que sus poemas sean aún hoy memorizados en escuelas que se llaman “Gabriela Mistral” y en las que cada 7 de abril (fecha de su nacimiento) hasta quizá se entone con música de fondo el himno que una vez escribió para ellas. Hipótesis, hipótesis, como hemos dicho. Seguiremos lidiando, pues, en el caso de Mistral, con esa extraña angustia de las no influencias.



*Nota de Patricio Lennard publicada en suplemento Radarlibros de Pag.12(7/01/07)
Subnotas
El muralismo literario

viernes

Odette Alonso (Cuba-México )

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Onírica. Última función

Terminó la función
y me he soñado arcángel
cuando soy sólo un violinista dormido ante su atril.
Vacía la taberna
vacío el corazón como una plaza pública
me encuentro frente a ti
frente a mí misma.
También yo fui una niña
y luego fui un traidor
y luego un marinero naufragando
en el agua podrida de su charca.
Y quise desnudarme
echarme sobre ti como al abismo
y después no ser yo sino tu piel
el insalvable pozo de tus ojos
o un violinista dormido ante su atril
soñando que despierta y que te ama.

jueves

Mujeres que cuentan mujeres y Teatro leído

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Si tenés ganas de ver algo bueno para disfrutar en este verano porteño...

En el Museo de Artes Plásticas Eduardo Sívori en Ciudad Autónoma de Bs As
Mujeres que cuentan mujeres
Dirección: David Di Nápoli

La historia habla de la inmigración que pertenece a la esencia de nuestro país, tomando como protagonista a la mujer, su trabajo, sus luchas para adaptarse y ser el sostén de su familia. Por el otro, el tema de la mujer que accede al arte, desde la poesía, para abrirse paso en un mundo masculino expresar su rebeldía, reclamar sus derechos, hacer oír sus quejas y su condición de mujer con la misma necesidad sexual que el varón, revelándose a un destino ya programado.
Unipersonal de Clara Vaccaro.
Espectáculo basado en recuerdos de relatos y poemas que disparan palabras reveladoras de emociones.
Domingos, 18 hs. (Excepto el domingo 14/1)
Entrada libre y a la gorra.


Dirección: Av. Infanta Isabel 555 - frente al puente del Rosedal - Parque Tres de Febrero
Teléfonos: 4774-9452 / 4772-5628 Telefax: 4778-3899
info@museosivori.org.ar

Vías de transporte:
Líneas de Colectivos: 10, 34, 37, 130, 161.
Línea de Tren: Mitre – Estación Tres de Febrero.
Ver web


En el Museo Histórico de Buenos Aires Cornelio de Saavedra
Ciclo de teatro leído


“Pecado Original”, de Laura Coton.3-12, 18.30 hs.

“Ruchla”, de Patricia Suarez. 10-12, 18.30 hs.

Dirección: Crisólogo Larralde 6309
Teléfonos: 4572-0746 / 4574-1328
museosaavedra@uolsinectis.com.ar

Horario:martes a viernes de 9 a 18 hs.
Vías de transporte:
Líneas de Colectivos: 21, 28, 110, 111, 112, 117, 127, 140 , 142, 175, 176.
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