Hechos de poesía
Los poetas son seres frágiles.
Pueden desvanecerse de amor
o de demasiada vida.
Cuentan que un poeta murió
con sólo pincharse el dedo
con la espina de una rosa.
Dicen que otro encontró
con una bala
el lugar exacto del corazón.
Hubo alguno que, insomne,
no atinó el tiro al blanco
al despedir su vida de cuarenta años.
Las poetas buscan medios más naturales
o domésticos.
Un frío lago recibió
la desesperación de una mujer
con piedras en los bolsillos.
Otra fue alga marina
y el mar la nombra en cada ola.
Otra respiró la muerte
invisible, incolora, del gas.
La muerte,
la desprestigiada muerte,
recibe con miedo esta fragilidad.
Teme este decir infinito
en el que una sola palabra, una sola palabra
llene de ecos el mundo.
***********************************************
Maracaibo
Canícula sería tu nombre
si te volviera a fundar.
El agua está allí,
fiel a tus orillas arrasadas
para cantar la sed
de hombres tristes
muertos de amor
que aman a sus mujeres
con tiros de escopeta.
Hay humedad y polvo
en tus casas oscuras
donde el sol
escondió sus resplandores.
Vives en mí
como una vieja pregunta.
de Bogares, 1998.
Poeta y Periodista. Docente (Universidad Central de Venezuela). Es autora del libro: Hechura de silencio. Una aproximación al Ars Poética de Rafael Cadenas y su trabajo poético ha sido publicado en los libros: La jaula de la sibila, Bogares, y las plaquettes: Voces de Sequía, y Ser de agua.
Los poetas son seres frágiles.
Pueden desvanecerse de amor
o de demasiada vida.
Cuentan que un poeta murió
con sólo pincharse el dedo
con la espina de una rosa.
Dicen que otro encontró
con una bala
el lugar exacto del corazón.
Hubo alguno que, insomne,
no atinó el tiro al blanco
al despedir su vida de cuarenta años.
Las poetas buscan medios más naturales
o domésticos.
Un frío lago recibió
la desesperación de una mujer
con piedras en los bolsillos.
Otra fue alga marina
y el mar la nombra en cada ola.
Otra respiró la muerte
invisible, incolora, del gas.
La muerte,
la desprestigiada muerte,
recibe con miedo esta fragilidad.
Teme este decir infinito
en el que una sola palabra, una sola palabra
llene de ecos el mundo.
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Maracaibo
Canícula sería tu nombre
si te volviera a fundar.
El agua está allí,
fiel a tus orillas arrasadas
para cantar la sed
de hombres tristes
muertos de amor
que aman a sus mujeres
con tiros de escopeta.
Hay humedad y polvo
en tus casas oscuras
donde el sol
escondió sus resplandores.
Vives en mí
como una vieja pregunta.
de Bogares, 1998.
Poeta y Periodista. Docente (Universidad Central de Venezuela). Es autora del libro: Hechura de silencio. Una aproximación al Ars Poética de Rafael Cadenas y su trabajo poético ha sido publicado en los libros: La jaula de la sibila, Bogares, y las plaquettes: Voces de Sequía, y Ser de agua.
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