Tarde de Abril
Piso rojo sosteniendo una espalda.
Un libro entre las manos, escudo al hastío.
El pie derecho hace jueguitos con un cenicero de goma. Flota maridaje de malvón propio y marihuana vecina.
Cerca, una olla escalda unas chauchas tiernas.
Tras la ventana, el crujir de semillas de girasol en alguna boca.
De tanto en tanto voces, voces pequeñas, algún respiro. Todo lejano.
Mansa escenografía, si no tuviera por escenario
la precariedad de cualquier certeza.
~•~
Cada cual atiende su juego
De un lado de la puerta
mi madre, vuelta
niña sin vestido nuevo
disfraza con lágrimas su perra.
Del otro lado
jugamos nosotros
hermanos
convertidos en piezas de encastre.
En tanto, en el aire
cruje la bisagra de una muerte
como diestra ensambladora.
.~•~
Fotografia
Soy la primera de la izquierda, la última desde la derecha y desde cualquier ángulo la más pequeña de los cuatro. Es verano. Es la casa nueva. Mis hermanas visten como gemelas que no son. Mi hermano unos calzones azules. Hay sol. Hay un raro patio despejado.
La Santa Rita, aún, no se enamoró del muro. Es fácil percibir el olor a asado y que éramos felices.
La foto dice que esto ha sido.
El punctum: ahora, somos tres.
~•~
Genealogía
Por parte de padre:
Rosas y Perón en marcos dorados a la hoja.
También, la máquina de escribir y el cinturón.
Por parte de madre:
Una Virgen de Luján por meteoróloga
y el eterno "por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa".
Por parte de ambos:
Triángulo escaleno de hermanos
seguidos y desiguales, amorosamente descreídos de lo mágico.
Un patio rojo hinchado de almitas domésticas:
Santa Rita, elástico, perro, arco, gato, montoncito de mugre. Y unos libros quemándose en la parrilla.
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de Hablar para adentro(Edic.Endymion, 2022)
@mariaines.gomez.7
@edicionesendymion
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