PERFORACIÓN DE LA EXTRAÑA VOZ
la mujer sigue agitando su vestido huérfano
en la milenaria colina
ya se dormirá con los pastos
y las hondas hormigas joyeras de la muerte
dijeron
nadie supo por qué quiso esa noche tan fría
cantar en el coro de los perros
nadie sabe por qué esa noche sin consuelo
ella estaba sentada
abierta en la parte inesperada de su alma
mueve esta canción
el taconeo de muertos y vivos
se vuelve veloz al rozar mi cuerpo
tendida madre hablada por extraños
la ciudad esconde un grito
la respiración implora
muele vestidos de colores
de navajas como perfumes
una esponja absorbe el alarido
y pide más sangre esta escalera
que subo cubriendo el precipicio
con el hilo de mi rostro
lejos del umbral
me están llevando
las voces y las puertas
me falta un lado de mí
para cruzar sin socorro
el oleaje incesante inalcanzable
las palabras saltan al vacío
y me destierran
en la calma de tu pelo
quiero bajar al pozo donde retumba
el vestido fresco del cielo
nombrándote apoyo mi rostro
arrastrado por la corriente
y las hojas que oyen tu dolor
aquí dentro de la vastedad
con la boca atroz
nuestro lenguaje es muy simple
sólo hay que soplar un barquito
sobre los lagos de la muerte
de CANCIÓN DEL PRECIPICIO(1989 - 1993)(Grupo Editor Latinoamericano, 1994)la mujer sigue agitando su vestido huérfano
en la milenaria colina
ya se dormirá con los pastos
y las hondas hormigas joyeras de la muerte
dijeron
nadie supo por qué quiso esa noche tan fría
cantar en el coro de los perros
nadie sabe por qué esa noche sin consuelo
ella estaba sentada
abierta en la parte inesperada de su alma
mueve esta canción
el taconeo de muertos y vivos
se vuelve veloz al rozar mi cuerpo
tendida madre hablada por extraños
la ciudad esconde un grito
la respiración implora
muele vestidos de colores
de navajas como perfumes
una esponja absorbe el alarido
y pide más sangre esta escalera
que subo cubriendo el precipicio
con el hilo de mi rostro
lejos del umbral
me están llevando
las voces y las puertas
me falta un lado de mí
para cruzar sin socorro
el oleaje incesante inalcanzable
las palabras saltan al vacío
y me destierran
en la calma de tu pelo
quiero bajar al pozo donde retumba
el vestido fresco del cielo
nombrándote apoyo mi rostro
arrastrado por la corriente
y las hojas que oyen tu dolor
aquí dentro de la vastedad
con la boca atroz
nuestro lenguaje es muy simple
sólo hay que soplar un barquito
sobre los lagos de la muerte
Hija de padres diplomáticos, cursó estudios de Filosofía en la Universidad de Ginebra, Suiza, después de haber vivido en distintos países de Europa y Latinoamérica.
Actualmente reside en Argentina dedicada a la práctica literaria y a la investigación poética.
Colabora además con importantes diarios y medios culturales de su país y el extranjero.
Su obra literaria está contenida en las siguientes publicaciones: "Su voz es la mía" 1982, "La tañedora" 1984, "El atavío" 1985,"Notas Salvajes" en 1989 y "Canción del Precipicio" 1994.
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