foto JUAN RULFO |
Vivir en la Frontera significa que tú
no eres ni hispana india negra española
ni gabacha, eres mestiza, mulata, híbrida
atrapada en el fuego cruzado entre los bandos
mientras llevas las cinco razas sobre tu espalda
sin saber para qué lado volverte, de cuál correr;
Vivir en la Frontera significa saber
que la india en ti, traicionada por 500 años,
ya no te está hablando,
que las mexicanas te llaman rajetas,
que negar a la Anglo dentro tuyo
es tan malo como haber negado a la India o a la Negra;
Cuando vives en la frontera
la gente camina a través tuyo, el viento roba tu voz,
eres una burra, buey, un chivo expiatorio,
anunciadora de una nueva raza,
mitad y mitad –tanto mujer como hombre, ninguno–
un nuevo género;
Vivir en la Frontera significa
poner chile en el borscht,
comer tortillas de maíz integral,
hablar Tex-Mex con acento de Brooklyn ;
ser detenida por be la migra en los puntos de control fronterizos;
Vivir en la Frontera significa que luchas duramente para
resistir el elixir de oro que te llama desde la botella,
el tirón del cañón de la pistola,
la soga aplastando el hueco de tu garganta;
En la Frontera
tú eres el campo de batalla
donde los enemigos están emparentados entre sí;
tú estás en casa, una extraña,
las disputas de límites han sido dirimidas
el estampido de los disparos ha hecho trizas la tregua
estás herida, perdida en acción
muerta, resistiendo;
Vivir en la Frontera significa
el molino con los blancos dientes de navaja quiere arrancar en tiras
tu piel rojo-oliva, exprimir la pulpa, tu corazón
pulverizarte apretarte alisarte
oliendo como pan blanco pero muerta;
Para sobrevivir en la Frontera
debes vivir sin fronteras
ser un cruce de camino
2 comentarios :
Soy Mariela Suarez, de la ciudad de Cutral Có, provincia de Neuquén de Argentina, Escribo poesía y pertenezco a un grupo de escritoras de mi localidad que se llama ALKITARA. Poetas de la deconstrucción. Además de juntarnos a leer y a escribir, organizamos talleres, espacios de lectura en las plazas, intervenciones e instalaciones en espacios públicos, recitales de poesía y otras actividades que impulsen la lectura y la escritura en nustra lucalidad y la coran de los espacios tradicionales propiciando la potencialidad creativa y transformadora de la palabra. Esto es solo para contarles un poco quien soy, pero en realidad les escribo porque quedé fascinada con su tranajo de recoílación, ese poema de Gloria Azaldúa me pareció tan movilizante que no podía quedarme sin expresarles mi agraecimiento por publicarlo. Además eltexto de Olga Orozco que tomaron como manifiesto me transmitió un sentimiento de identificación en cuanto a mi relación con la poesía. Gracias por tanto trabajo,un abrazo para Ustedes. Mariela
Muchas gracias Mariela por demorarte en este espacio y reconocer nuestro trabajo. Vemos que hay muchos puntos en común sobre los que gravita nuestro hacer, decir y escribir. La palabra, la poesía, poner el cuerpo y la voz llevarla a todos los sitios donde fue su origen : la calle, entre la gente,la escena... más allá de los ámbitos donde la tradición la ha circunscrito. Ojalá alguna vez los caminos de la palabra nos crucen.
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