UNA HABITACIÓN PROPIA
ya se sabe, costumbre,
ganas de que la vida suene como un tango.
Ansias
de mudarnos a un sitio confortable
donde cambien pañuelos por la luna,
donde se sirvan, frescos, los milagros.
Y sentimos un ruido allí en el pecho
y abrimos
y no hay nadie
sólo la soledad dando portazos.
donde cambien pañuelos por la luna,
donde se sirvan, frescos, los milagros.
Y sentimos un ruido allí en el pecho
y abrimos
y no hay nadie
sólo la soledad dando portazos.
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