Una representación hermosa del amor
Debería volver siempre sobre sí misma
Una y otra vez y otra vez
Y así indefinidamente
Deberían repetirse exactamente
Los mismos gestos
Los mismos movimientos
El mismo ruido de besos
Las mismas ondulaciones
De modo que la reproducción cinematográfica
Sumamente acelerada
De todos estos coitos sucesivos
En pequeños rectángulos situados
Encima de las mesas y sobre las paredes
Pudiera servir de instrumento regulador
De la marcha del tiempo
Y ser denominado
Reloj de amor.
María Isabel Vargas Arango, es colombiana, nacida en Bogotá. Fue durante muchos años la propietaria de la librería Quimera Libros, dónde sólo comercializaba literatura , ensayo literario, y poesía. Hacia 1990 fue subdirectora de la Biblioteca Nacional de Colombia con sede en Bogotá. En 1994 , también en Bogotá, inaugura una nueva librería llamada Morada al Sur (como el gran poema de Aurelio Arturo), que siguió en la misma línea de Quimera. Ha sido agente literaria para América Latina. Ha trabajado para varias revistas culturales como traductora, especialmente traducciones de poesía francesa. Estudió filosofía y letras, en la Universidad Nacional. En este momento está radicada en Buenos Aires, Argentina, dedicada a escribir una novela. Dictó con el poeta chileno Gonzalo Millán (qepd) varios talleres de autobiografía y de traducción.
3 comentarios :
utopia,eso a lo que decimos amor...
buenisimo
dicen que siempre vivimos un mismo amor y en el resto que nos cruzamos seguimos su búsqueda.
saludos bocas
Me encantó el poema. Es un poco como El Sacrificio de Tarkovsky donde se proponía repetir cada día lo mismo en forma obsesiva, pero más lúdico y físico.
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