lunes

DICENLASBOCAS

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¿La ilusión? Eso cuesta caro.
A mí me costó vivir más de lo debido
.
Juan Rulfo, Pedro Páramo.

Soy una serpiente

que se desplaza por el desierto

como un papel

al que alguien

prendió fuego


no dejo huellas

sólo cenizas


de Los Bordes
Andreas, La Plata 1966.


Vas a desesperar
los besos
para que te alcancen
poco a poco
y te sobren en la boca
delicias de llovizna
desvelada
brotes de futuro
en los ayeres
más café
y borras de silencio
y despertares
que fuman
que encienden
que dicen
curvas plateadas
colibríes
álamos
mientras pintan
lunas rojas
en los confines de tu espalda.

Carolina Mathieu, Azul 1976, La Plata.


Olga


Entre el cielo y la tierra
entrelazada
en la profundidad y lo superfluo
soberana ambigua
Ser y no ser
presencia ausencia
Ser y no ser
rotunda básica
Ser y no
Majestuoso plano azul celeste
redondez absoluta
abrazada a los ecos oscuros
de gritos lapidarios
sin sentido
Inmensa torre enclavada
erguida
impenetrable
Y todo lo contrario
se encuentra en cada espacio
siempre
se esfuma entre la espuma
se encuentra se esfuma
combate y se debate
Ahora es la hora. Nada me detendrá.
Me encuentro en todo espacio
siempre

y también
todo lo contrario.


Olga Ledesma, Azul 1956, La Plata.


¨ ahora encuentro

que mi pensar es casi como un cuerpo¨

Roberto Juarroz, Poesía Vertical.


Porque no hablo desde lo que soy, sino desde lo que enfrento, desde lo que inhalo y exhalo como una proeza congénita, calcando los ángulos, reescribiendo los bordes de mi madre. Inequívoca marca, erguida memoria para enfrentar la pena. Contra marea y llovizna, soy el centro del que nace el oleaje. Para nacer oleajes he crecido. Para desorientar los nortes en que se empeñan mis piernas, para cobijar los puntos cardinales que el viento desordena, y hacerlos latido.

Porque me sé herencia de las caídas de mis madres y me adivino orgullo compartido entre hermanas, no hablo desde lo que soy, sino desde lo que avanzo. Desde lo que rozo, rechazo y me bebo, desde la desmesura de mi atracción imán.

Hablo desde las mujeres que cargo dichosa, y las saco a relucir y las perfumo, y las dejo que estallen o marchiten. Hablo para reescribir los pechos de ellas, los pechos primigenios, hechiceros, acorralados, los pechos llorosos, amantes, timoneles; que a fuerza de parir y hacerse carne, me dieron nombre.


Samanta Rodríguez, Necochea 1982, La Plata.



Grupo Conestabocaenestemundo

1 comentario :

Anónimo dijo...

DETENER LA PALABRA...

Detener la palabra
un segundo antes del labio,
un segundo antes de la voracidad compartida,
un segundo antes del corazón del otro,
para que haya por lo menos un pájaro
que puede prescindir de todo nido.

El destino es de aire.
Las brújulas señalan uno solo de sus hilos,
pero la ausencia necesita otros
para que las cosas sean
su destino de aire.

La palabra es el único pájaro
que puede ser igual a su ausencia.

Roberto Juarroz

con la extraña pero vívida fugacidad del placer profundo , ese que me habito siempre y me colma al compartir esa parte de la vida juntas en el papel, en las tablas, en las sombras y las lunas, con el corazón hecho agua y la risa complice y la mirada unida demorada en el mundo posadas nosotras las bocas sobre- en -dentro- y desde la palabra.
¡¡¡las quiero!!!

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