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MARLY DE OLIVEIRA( Brasil ,1938 - 2007 )

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POEMA

I
Somos nosotros la verdad de lo que existe,
somos nosotros, mi amor;
es nuestra vida breve la que ampara la vida
de aquello que perdura.
De qué valen Ios vértices dorados
de los montes, si no los vemos;
aguas, campos y verdes sosegados
que peina la brisa?


II

Estos montes que nunca ha vestido la nieve
amplia sombra derraman sobre el campo
por donde, sosegados, en Ia hierba
que no existe, pacen rebanos silenciosos
que sólo yo veo
sumergida en el sueno del vivir.
Mas qué sé yo de vivir y de existir?
una lucha entre fuego y nieve fría,
entre 10 que veo y no veo,
asomarme a un campo cualquiera
si se acerca la noche y con ella la calma
de lo que ni sé si existe sobre la hierba,
la verde, tierna y fría hierba
que cubre, sombra y sueno, ese existir
tras de lo que aparenta, apenas, calma
y es fuego lento transformado en nieve,
arder de estío sobre el campo helado
que sólo yo alcanzo a ver y veo.
Y siento con mi cuerpo, más de lo que allí veo,
echada sobre esa hierba que no existe
de un silencioso y verde campo
sobre el cual las ventanas de la vida
se abren despacio, como al caer la nieve
sobre la calma cima de los montes.
Cae de mí, sobre mí la calma sombra
de algo que no sê si veo
y se confunde con esta otra nieve
que deja libre el monte y la fresca hierba,
y ni aun así acaba de existir
en mí, alegre de mirar el campo;
que aspiro así la suavidad del campo,
aquella paz sin fin, aquella calma
que no duele ni asusta de vivir,
y me hundo en la humedad de lo que veo,
apoyada en el sueño de esa hierba
que ni existe, tal vez, bajo la nieve.


III

Hoy no voy a coger ni naranjas,
ni flores, ni moras.
Veré crecer el día en la redondez de las frutas
y escucharé, sin prisas, el canto de las aves.
?Son las mismas de ayer?
Qué ha hecho de mí un día más?; ?qué hace?
Si no son estas aves
las que ayer cantaban, ?dónde están?
Sólo el canto es el mismo.
?Lo que veía ayer,
Lo que ahora veo ya no está en mí?
Acaso me renuevo
como el agua y las plantas?
Soy otra o acreciento la que soy?
Pero todo es igual
aun cuando sé que sólo en apariencia;
y mi ventura nace
de estar aquí sentada
reteniendo ese tiempo que jamás se detiene.


IV

En la tarde, el azul instala mansamente
un líquido silencio de luz sobre las cosas
y a mí me deja sola, como aislada

en la observancia fiel de un obsesivo
soliloquio amoroso que propicia
tu ausencia y tu memoria desdichada.

Del voluntario yugo y la incerteza
nada me salva, que este mal de ahora
es sólo un bien en mal transfigurado


por obra del recuerdo y la distancia,
no del sueño, no del acaso ni del velo
que a veces cubre el mundo de nostálgicos


paisajes. !Qué nocturnas y densas y qué vanas
formas creadas por ese venturoso
imaginar, que ya ni el sueño calma,


suben de ti hacia a mí, se crecen en el aire
sin preguntas, ni anhelos, ni firmezas
y, despacio, se enredan en sí mismas


!impregnadas de limpia oscuridad!
En torno la soledad no desampara
y hace fecunda Ia naturaleza


que duerme, a tanto mito entrelazada.


v

Cuando flores y nubes,
mosaicos de silencio repentino,
frescos valles y montes,
donde crece la hierba y apacienta el ganado
y donde el río ofrece
su plateado ser a la ágil brisa
de sosegada sed;
cuando lo que ahora tengo sea recuerdos,
qué habrá de lo que hoy veo
si la más fiel memoria transfigura
lo que recuerda? Y, no obstante,
el mismo trigo crecerá en el campo
repitiendo un ritual
de milenios; las mismas-otras aguas
empañarán su dorso
de vidrio movedizo, con esas mismas ramas.
Estos serán los árboles,
los verdaderos, íntegros, antiguos,
que con el pensamiento
no alcanzo a ver en esa plenitud
de silencio y de vida.
Que una cosa es tener; recordar, otra.
Vivir salvajemente,
el sol sobre la piel
y el viento levantando
cortinas de esperanzas y de olvidos.
Y otra cosa es crear;
creación es olvidar lo que ya existe,
pues lo que existe es sólo
un ensayo o un punto de partida.
Y, en tanto puedo, vivo
la fértil realidad de lo lejano;
laboriosa, construyo
con esta miel, para futuros sueños
apacible morada.



(Poema publicado originalmente na Revista de Cultura Brasileña,vol. 36, diciembre 1973, p. 61-71)
traducción A.S.B.(grupo conestabocaenestemundo)


Marly de Oliveira, la celebrada poetisa y autora de O Mar de Permeio, nasció en Cachoeiro de Itapemirim (Espírito Santo) y falleció en 2007. Tenía 69 años.
Viuda del poeta Joao Cabral do Melo Neto, Oliveira fue elegida a la Academia de Letras y ganó el prestigioso premio Jabuti en 1998 por O Mar de Permeio _ un volumen de poemas acerca de la angustia y el vacío.Una de las más famosas, prestigiosas y destacasdas Poetas brasileñas. Lamentablemente, desconocida para el grande público. Publicó Cerco da primavera, poesia 1958; Explicação de Narciso, 1960 e A suave pantera, 1962. Ganó el Prêmio de Poesia do Instituto Nacional do Livro, 1958.
Em tempo: una bella edición de las Obras Completas de João Cabral de Melo Neto en dos volumes: vol 1. Serial e Antes y vol.2 A educação pela pedra e depois. Nova Froneteira, 1977 tuvo a Marly de Oliveira como curadora y presentadora.
Poseedora de una cultura sólida, realizó el mejor estudio sobre la obra de Cabral de Melo que se conoce. Marly era admirada por Antônio Cândido y el gran poeta Mario Faustino.
Oliveira, profesora de literatura hispana e italiana, escribió otros siete libros de poesía y otras obras, en una carrera de más de 40 años.
En este sentido, es oportuno recordar que la novela La pasión según G.H., una de las obras más sorprendentes y enigmáticas de Clarice Lispector, tuvo su origen en sus conversaciones con la poeta Marly de Oliveira, que la escritora fue recogiendo hasta darle forma de monólogo o de diálogo sin interlocutor

1 comentario :

elf dijo...

Bellas imàgenes en este poema. mi preferida: "Ver crecer el día en la redondez de las frutas". Saludos

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