Lírica en trámite
Igual que las escalas del Hannon
cuando suben y bajan
desde la misma nota siempre
olvidadas o aburridas, los chicos suelen jugar
a ir y volver corriendo de la sombra.
Los últimos minutos de la noche de año viejo
trajeron racimos recién lavados
para ir desgranándolos uva por uva o mes
por mes, pero algún ruido en la calle
y luces de bengala destellaban afuera,
así que un racimo apenas duró hasta abril
y quedaron en un plato
las cuentas de pulpa sueltas.
Así también la que yo era entonces
tenía la intención de hablarte; contar los días
después de los racimos.
Pero cada paso dado hasta vos
se agazapaba cerrándole
los labios; deshizo
tu abrazo sin darse cuenta
para salir a la vereda rota de la noche,
anduvo por ahí como quien pisa
un techo desclavado y oscuro.
de Lírica en trámite (Babel, 2008).
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