vecinastal vez nos amaron
los mismos hombres
apretándonos al cordón
del no saber
succionándonos
el después
tal vez
los espacios
se contraían
y fuimos
expulsadas
como corchos
de una bebida espesa
tal vez
el pedazo de boca
que queríamos oir
nos malnombraba igual
tal vez
mucha destreza se tejió
tal vez
lo más difícil
sea
entendernos
ahora
como
habitantes
de libros
desgajados
eugenio lluvia
eugenio tiembla
los colores del país
se apagaron
mientras sus pieles
desgajan
a esa mujer
que le implora
paraísos
y le promete
estrellas
eugenio niebla
en las mañanas juntas
cartones bicicletas
chorreando todavía
eugenio lluvia
en la trade de marzo
taladra los huesos de su hembra
eugenio borracho
intentando otra vez
detrás de los cacharros
produciendo sofocaciones
ardido
eugenio
mira pasar
y pega
mientras
la vida le inventa
este
destino de madera
del libro: Trenzando espejos*, FOCUN, 2003.
* ¨Este libro, para la cartera de la dama o el bolsillo del caballero y también viceversa, se terminó de imprimir en el mes de mayo de 2003, año de la invasión a Irak por parte de los Estados Unidos de Norteamérica, en los talleres de Gráfica Oriente de la ciudad de Necochea, gracias al socorro del favorecedor Dn. Mono Benega, Caballero del Hábito de Nuestra Señora del Carmen Ortiz, Oidor del Consejo Real y Consultor del Santo Oficio de la Inquisición Suprema, con jurisdicción y mando efectivo y dueño de vida y hacienda de sus dóciles súbditos, que tanto hizo para que caigamos en el fondo de este pozo del que más temprano que tarde prometemos salir a como dé lugar.¨
Angélica Baglivo Rodríguez nació en Lobería en 1959 y actualmente vive en la ciudad de Necochea. Entre sus obras: ¨El instante del fuego¨, Ed. 21, noviembre de 2001.
1 comentario :
Bienvenida, Angélica, a nuestro espacio de bocas y versos, gracias por compartir tu escritura que viene con brisa del mar del sur, esperamos tenerte de nuevo por acá.
Las bocas de este mundo.
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