Cuando estoy cansada y no logro decidir
algún asunto difícil
he empezado a pedir opinión a mis amigos muertos
y la respuesta es casi siempre inmediata y transparente.
¿Acepto el trabajo? ¿Me mudo a la ciudad?
¿Intento concebir un hijo en mi madurez?
De pie mueven sus cabezas sonrientes al unísono
Lo que conduzca a la alegría, contestan siempre,
a más vida y menos preocupación.
Miro dentro de jarrón donde estuvieron las cenizas de Billy
y le pregunto a Billy si debo devolver esa llamada
y dice; si.
Billy ya atravesó la temible puerta
y lo que diga eso haré.
de Lo que hacen los vivos( Premio Guggenheim 1988)
Edit.Universidad Metropolitana, Venezuela. Traducción de Mori Ponsowy.
de nota publicada en La Nación
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