Cuando alguien pierde
siento que yo también
aunque ni conozca a ese
perdedor caído me resta
en la dicha propia su pena
y se hace madre el corazón
En la pequeña
contelación de islas cercanas
tanto drama invisible
despeñando las vidas
deshace y rehace
como las altas mareas
¿Será la memoria del verde
pertinaz como la nuestra?
Sí, del mismo lecho
común venimos aunque el resto
lo cuente de modo tal
que nosotros no lo oímos,
inmersos en nuestro propio ruido
se deja a veces escuchar
el rumor herido del alma ajena
Así lo quiso, reza,
aceptación vana del dolor
que no nos salva, separación
constante de la vida
hasta la más precisa
donde todo se pierde,
la muerte, marea mayor atada
desde el inicio a la pata
de lo que nace, materia o sueño
Viene con el soplo y es
el soplo mismo de lo que existe,
aunque sabemos
su lado oculto soprende siempre
y ataca nuestro dulce olvido
cada vez que que se hace
presente y se retira luego
para dejar que retoñe
como si nada
cubriendo las heridas
ciegas del amor o más bien
del ser diría. Duele
todo el tiempo aunque en sordina
y le hace cuna
a esas melodías audaces
de aire y fuego que le deseo
y el olvido tejen juntos
día a día en huerta propia
y en las otras, de los vecinos
Abigarrada tela
a la intemperie que nunca casi
de verdad sentimos
nuestra. Mi tío Nene por ejemplo,
tanto tiempo indeciso
entre la vida y la muerte
después del cruento fin
de su pareja como si ya
no quisiera quedarse y al mismo
tiempo como si aún tuviera
que arreglar las cuentas
Uno trae al otro
de la mano siempre y así lo quiso
viene con el tío a cuestas,
con mis propias
cuentas desmadejadas
y sin ajuste del amor al otro
tan escaso, tan poco
como si no fuera lo mismo
que el amor por mí
de La rebelión del instante (2005)
siento que yo también
aunque ni conozca a ese
perdedor caído me resta
en la dicha propia su pena
y se hace madre el corazón
En la pequeña
contelación de islas cercanas
tanto drama invisible
despeñando las vidas
deshace y rehace
como las altas mareas
¿Será la memoria del verde
pertinaz como la nuestra?
Sí, del mismo lecho
común venimos aunque el resto
lo cuente de modo tal
que nosotros no lo oímos,
inmersos en nuestro propio ruido
se deja a veces escuchar
el rumor herido del alma ajena
Así lo quiso, reza,
aceptación vana del dolor
que no nos salva, separación
constante de la vida
hasta la más precisa
donde todo se pierde,
la muerte, marea mayor atada
desde el inicio a la pata
de lo que nace, materia o sueño
Viene con el soplo y es
el soplo mismo de lo que existe,
aunque sabemos
su lado oculto soprende siempre
y ataca nuestro dulce olvido
cada vez que que se hace
presente y se retira luego
para dejar que retoñe
como si nada
cubriendo las heridas
ciegas del amor o más bien
del ser diría. Duele
todo el tiempo aunque en sordina
y le hace cuna
a esas melodías audaces
de aire y fuego que le deseo
y el olvido tejen juntos
día a día en huerta propia
y en las otras, de los vecinos
Abigarrada tela
a la intemperie que nunca casi
de verdad sentimos
nuestra. Mi tío Nene por ejemplo,
tanto tiempo indeciso
entre la vida y la muerte
después del cruento fin
de su pareja como si ya
no quisiera quedarse y al mismo
tiempo como si aún tuviera
que arreglar las cuentas
Uno trae al otro
de la mano siempre y así lo quiso
viene con el tío a cuestas,
con mis propias
cuentas desmadejadas
y sin ajuste del amor al otro
tan escaso, tan poco
como si no fuera lo mismo
que el amor por mí
de La rebelión del instante (2005)
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