sábado

Daiana Henderson (Argentina, 1988)

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más de lo mismo



En una foto adolescente
un corte de pelo fugaz
que duró menos de una temporada.
No la recordamos
pero qué bien nos quedaba ese casco.
Es imposible volver
es otro color, otra forma
es otra cabeza.
Prendemos el televisor
como esperando enterarnos
que de repente ha pasado algo con nosotros
(las cosas que nos pasan
les pasan a otros).
Nos fuimos dejando,
dejando un hilo de baba
en nuestro arrastre.
Ya ningún atardecer puede atraparnos
aunque uno finja.
Se va, se va el sol,
se va
y va a volver todos los días
¿qué es lo que tiene de ‘guau’?
Las cosas se van, se van y muchas veces
no se despiden.
Yo, mientras, sigo intentando encontrar
lo que ya tengo.




Ciber

lagrimear en un ciber
leyendo un poema


tener escamas


saber respirar el aire
dentro del aire alquilado
filtrar los desinfectantes
y contadores de minutos


el mundo es un ciber, casi


y nosotros,
surfeadores,
aunque más bien buceamos
y escribimos mientras vivimos,
o viceversa.
y lagrimeamos teclas
forradas de mugre
de gente que no se lava las manos
tan fácilmente.


lagrimeamos
y escribimos
y vivimos
y damos vida a la mugre
¡tenemos poderes!
de un sólo lado de la pantalla.


la vida nuestra es un ciber,
casi



en una cocina de rosario

Dos lucecitas verdes del módem en la oscuridad
titilan como si estuvieran asustadas
Del freezer sale un ruido de viento polar
que me hace pensar que hay mundos
adentro de las cosas
Adentro de la compu apagada
está Eugenia que se fue a España
con su familia durante la crisis
y no pudo volver nunca,
está agu en buenos aires
mirando por la ventana, pensando
con qué reemplazar el cigarrillo
En mi celular sin crédito
hay varios mundos bloqueados:
en Paraná mi hermano que va a ser papá
el luchi volviendo a Santa Fe para pensarse de nuevo
el abuelo que a seis años de la muerte de la abuela
volvió a vivir a su casa de Villaguay
De la ventana para afuera hay en algún lugar un ex
que no dejo descansar en paz como los muertos
porque no nos perdono
La luz amarillenta de la calle de adoquín
entra al cubículo de la cocina
para diferenciarme de la mesada
sobre la que estoy sentada
Apoyo la cabeza sobre la alacena
y hago shhh a las decisiones postergadas
y a la conversación que me dice
hay que ocuparse más y preocuparse menos
Ya sé
Ya sé todo lo que me van a decir y no aprendo

Hay un agujero redondo con cables en la pared
esperando a que algo haga conexión

Voy a la pieza, Lucha duerme
tiene un quilombo esta semana, pero duerme
quiere decir que al menos ella
está en un mismo lugar
Yo me acuesto mirando al revés la ventana
y pienso si las estrellas servirán para algo
Cuando éramos chicos servían para decirnos
que ahí estaban los seres queridos
Me encantaría verlas como perillas
Me encantaría saber por qué no puedo conciliar el sueño
Me encantaría saber en qué ciudad estoy
que no puedo estar acá, durmiendo





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1 comentario :

chivilboy dijo...

Buenisimo.
La rompe esta piba.
Saludos.

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