Con la bOca cerradita
muñequita de papel
que no sabe lo que tiene y lo que tiene se lo guarda
acurrucada en la camita
en el silencio de poder
con sus manos paliditas puso espinas chiquititas
en la zanja embarradita que se abría para ver
con la boca cerradita y los ojos de papel
porque el cuerpo es un arma y es difícil de entender
que en el mundo siguen bombas rodando sin romper
un orden inexistente por temor a envejecer
muñequita que se fue sin que la echaran
porque el río que sangraba le llenaba la ropita
y le manchaba la pared
muñequita de papel
que cortó la manzanita al desayuno antes de irse
con la boca cerradita para no ser tan cruel
que no sabe lo que tiene y lo que tiene se lo guarda
acurrucada en la camita
en el silencio de poder
con sus manos paliditas puso espinas chiquititas
en la zanja embarradita que se abría para ver
con la boca cerradita y los ojos de papel
porque el cuerpo es un arma y es difícil de entender
que en el mundo siguen bombas rodando sin romper
un orden inexistente por temor a envejecer
muñequita que se fue sin que la echaran
porque el río que sangraba le llenaba la ropita
y le manchaba la pared
muñequita de papel
que cortó la manzanita al desayuno antes de irse
con la boca cerradita para no ser tan cruel
Lalo Barrubia vive en Malmö, Suecia, donde trabaja como periodista cultural y colabora con otros escritores y con artistas plásticos. Es licenciada en servicio social, disciplina en la cual también realiza lecturas de poesía y espectáculos tanto en español como en sueco. Trabaja activamente en la difusión de la poesía en soportes y espacios no tradicionales, especialmente con los vinculados a espacios y artistas de rock. Ha publicado dos libros de poesía: Suzuki 400(1989), Tabaco (1999) y la novela Arena (2003). Barrubia es realizadora de numerosos espectáculos poéticos y lecturas entre los que destacan La puta madre (1991) y Rap de la Pocha (1999- 2000).
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