Juncos
¿Quién iba a decirte que podrías ver
la dulce franja del atardecer
desde el plácido reposo de tu cama?
Hacia allá está orientada la ventana;
en segundo plano el viento hostiga
las abandonadas antenas de tele
que crecen como juncos, como pastos,
algunas más altas y florecidas,
otras peladas, se balancean.
También se menea como loco
el malvón, rojo o rosa,
perdiendo pétalos que se meten
para adentro y manchan la alfombra.
¿Quién iba a decirte que podrías ver
la dulce franja del atardecer
desde el plácido reposo de tu cama?
Hacia allá está orientada la ventana;
en segundo plano el viento hostiga
las abandonadas antenas de tele
que crecen como juncos, como pastos,
algunas más altas y florecidas,
otras peladas, se balancean.
También se menea como loco
el malvón, rojo o rosa,
perdiendo pétalos que se meten
para adentro y manchan la alfombra.
de Monoambiente (plaqueta , Pan, 2009)
21
no el resonar no es inmóvil no es el dedo
detenido en gesto
no es este llamado que hago a que
tus cosas se presenten
sin venir
detenido en gesto
no es este llamado que hago a que
tus cosas se presenten
sin venir
ya sabíamos: los perros ladran
la noche corta de las ciudades
mañana unos despiertan y en la radio
nunca la disidencia
sin máscara, nos dice, la realidad
suele ser bastante intolerable
la noche corta de las ciudades
mañana unos despiertan y en la radio
nunca la disidencia
sin máscara, nos dice, la realidad
suele ser bastante intolerable
del libro inédito La intimidad del mundo, que será publicado próximamente por Zindo & Gafuri.
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