la ventana
el movimiento
como de cámara lenta
favorece el efecto de romance
cuando un hombre joven
con ojos brillantes de expectación
toma de la mano a una mujer joven
de ojos también brillantes y la lleva
debajo de la lluvia
apartados ambos del ruido de la fiesta
a buscar un globo rojo y blanco
que se voló por la ventana.
la nuca
¿quién conoce mejor
el dulce picante del poder
sino el amante desencantado que renuncia
a toda pretensión de fidelidad como si
se tratase de un dos despreciable?
imaginarse esa piel tan conocida
recorrida por algún otro hombre
sin rostro pero ansioso.
pero cómo complace imaginar
que no hay más que
dar un levísimo tirón
a los pelos ínfimos de su nuca
hacer un guiño con el ojo
o resollar despacio en su oreja para saber
que va a volver
libera alegre flotante
a este regazo.
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