IX
mientras tu alma recorre la pared
a través de la hiedra
esta noche de otoño, mansa
flota como un alga y espera
ese vértigo fijo del sol
la cadencia de aquel atardecer
en variaciones de una filigrana
enigmas trasparentes
ajada pero sin sonar a roto
ninguna melodía más que esa
reaparece, por la isla de náufragos..
¿podemos aún ser la espuma
y darnos otro mundo a ritmo
de pulsaciones?
que los granos de arena nos dejen
con un instante, y otro, y otro
en la miel de un ahora propicio
y dulce cada vez.
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