O l e a j e
¿Quién va a entrar en las casas tristes,
en el té después de la cena y la discusión,
en el beso en la frente después del té
y la risa en medio de la charla nerviosa,
en el televisor apagado y el zumbido
del motor de la heladera sobre el silencio
y las cosas que recién ahora entendemos?
¿Quién va a decir algo antes de dormir,
antes de que llegue hasta el pecho
ese oleaje que se levanta de los gritos
y cubre la cocina de un miedo familiar
mientras ella de espaldas lava los platos?
en el té después de la cena y la discusión,
en el beso en la frente después del té
y la risa en medio de la charla nerviosa,
en el televisor apagado y el zumbido
del motor de la heladera sobre el silencio
y las cosas que recién ahora entendemos?
¿Quién va a decir algo antes de dormir,
antes de que llegue hasta el pecho
ese oleaje que se levanta de los gritos
y cubre la cocina de un miedo familiar
mientras ella de espaldas lava los platos?
En el medio no hay nada
Yo iba a tu casa en taxi
para verte más rápido
y seguía los números
en los carteles de las calles
como una cuenta regresiva
que terminaba en el timbre
de tu voz y los perros
el ruido de la puerta de chapa
el picaporte oxidado
que casi siempre abría
al segundo intento.
Si antes todo eso y ahora
hace meses no nos cruzamos
y paso en el colectivo
por barrios que se parecen
al cantero florido de afuera
de tu casa en verano
en el medio no hay nada
pero a veces vuelve
el taxi en el cuerpo las ganas
de verte la lluvia a veces
me prestabas plata porque yo
me olvido de llevar
mis cosas a los lugares
donde preferiría
quedarme toda la noche.
para verte más rápido
y seguía los números
en los carteles de las calles
como una cuenta regresiva
que terminaba en el timbre
de tu voz y los perros
el ruido de la puerta de chapa
el picaporte oxidado
que casi siempre abría
al segundo intento.
Si antes todo eso y ahora
hace meses no nos cruzamos
y paso en el colectivo
por barrios que se parecen
al cantero florido de afuera
de tu casa en verano
en el medio no hay nada
pero a veces vuelve
el taxi en el cuerpo las ganas
de verte la lluvia a veces
me prestabas plata porque yo
me olvido de llevar
mis cosas a los lugares
donde preferiría
quedarme toda la noche.
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