Ver llover
Sé que la lluvia también es un dios, atroz como el otro, calmo como el otro. Lo sé porque veo a los hombres pronunciar alelados los dos nombres posibles de la lluvia en sus tardes más grises, diciendo: ven y bórralo todo, ven y llénalo todo. Y siento la fe del hombre que trabaja por el premio de la lluvia, que es el agua misma que la tocó a ella, que la bañó a ella, en la que ella ya durmió. Y sé que a todos les espanta ese rumor a cuenta gotas que viene con su misma cantata sin desuso y obliga a correr apresurados y cerrar las puertas de las casas que de no ser así se llenarán de lluvia y serán de la lluvia hasta caer.
Se presenta en Festival de poesía Salida al mar 2008 (5ta edición) 11 de julio en Centro Cultural Rojas
Andrea Cote nació en Barrancabermeja, Santander, el 27 de julio de 1981. Es poeta y profesora universitaria y ha sido colaboradora del Festival Internacional de Poesía de Medellín. Ha publicado los libros Puerto Calcinado (Poemas, 2003); Blanca Varela y la escritura de la soledad (Ensayo, 2004); Una fotógrafa al desnudo (Biografía de Tina Modotti, 2005). En el año 2002 recibió el premio nacional de poesía joven de la Universidad Externado de Colombia y en el año 2005 recibió el Premio Mundial de poesía joven «Puentes de Struga», otorgado por la Unesco y el Festival de Poesía de Macedonia. Su libro Puerto Calcinado ha sido parcialmente traducido al Inglés, Francés, Italiano, Macedonio, Árabe y Catalán. Según lo señala la poeta colombiana Piedad Bonnett «Andrea Cote es hoy por hoy una de las voces jóvenes más interesantes de nuestra poesía. La suya recrea, en un lenguaje ambiguo, pleno de significados, un mundo muy propio, de tendencia intimista, poblado de elementos recurrentes que señalan la urgencia de sus fantasmas, la necesidad de transformar la experiencia en palabra». Y al decir de Juan Manuel Roca, «Sus poemas, atentos al transcurrir de un tiempo agreste, revelan un impulso por no escamotear ni la tragedia, ni el olvido, en los que se envuelve nuestro drama individual y colectivo. Es la suya una poesía reflexiva que busca la expresión de un paisaje calcinado en imágenes justas, en ritmos diversos».
Sé que la lluvia también es un dios, atroz como el otro, calmo como el otro. Lo sé porque veo a los hombres pronunciar alelados los dos nombres posibles de la lluvia en sus tardes más grises, diciendo: ven y bórralo todo, ven y llénalo todo. Y siento la fe del hombre que trabaja por el premio de la lluvia, que es el agua misma que la tocó a ella, que la bañó a ella, en la que ella ya durmió. Y sé que a todos les espanta ese rumor a cuenta gotas que viene con su misma cantata sin desuso y obliga a correr apresurados y cerrar las puertas de las casas que de no ser así se llenarán de lluvia y serán de la lluvia hasta caer.
Se presenta en Festival de poesía Salida al mar 2008 (5ta edición) 11 de julio en Centro Cultural Rojas
Andrea Cote nació en Barrancabermeja, Santander, el 27 de julio de 1981. Es poeta y profesora universitaria y ha sido colaboradora del Festival Internacional de Poesía de Medellín. Ha publicado los libros Puerto Calcinado (Poemas, 2003); Blanca Varela y la escritura de la soledad (Ensayo, 2004); Una fotógrafa al desnudo (Biografía de Tina Modotti, 2005). En el año 2002 recibió el premio nacional de poesía joven de la Universidad Externado de Colombia y en el año 2005 recibió el Premio Mundial de poesía joven «Puentes de Struga», otorgado por la Unesco y el Festival de Poesía de Macedonia. Su libro Puerto Calcinado ha sido parcialmente traducido al Inglés, Francés, Italiano, Macedonio, Árabe y Catalán. Según lo señala la poeta colombiana Piedad Bonnett «Andrea Cote es hoy por hoy una de las voces jóvenes más interesantes de nuestra poesía. La suya recrea, en un lenguaje ambiguo, pleno de significados, un mundo muy propio, de tendencia intimista, poblado de elementos recurrentes que señalan la urgencia de sus fantasmas, la necesidad de transformar la experiencia en palabra». Y al decir de Juan Manuel Roca, «Sus poemas, atentos al transcurrir de un tiempo agreste, revelan un impulso por no escamotear ni la tragedia, ni el olvido, en los que se envuelve nuestro drama individual y colectivo. Es la suya una poesía reflexiva que busca la expresión de un paisaje calcinado en imágenes justas, en ritmos diversos».
1 comentario :
Impresionante prosa.
Se degusta despacito en este Buenos Aires a punto de llover.
Elisabet
Publicar un comentario