me estaba reservado lo que a nadie
Me estaba reservado lo que a nadie. Voy a ver brillar los bichos de noche, azules y rosados, color caramelo clavelina. Iban despacio, cambiándose señales. Otros muy grandes de capa negra y lunares blancos o blancas y lunares negros. Y al chocar en algo firme se deshacían con un rumor de seda y de papeles. Me daba cansancio y temor. Y así volvía a la silla única pero en el techo, estaban boca abajo matas que con peligro yo había plantado, tomates y azucenas. Las conejas de adentro de la casa miraban hacia eso con afección. Y la divinidad, peluda y brillante, descendía por la pared. Eternamente.
Voz: Marosa Di Giorgio
Música: "De Despedida" (letra de Víctor Cunha y música de Eduardo Darnauchans)
por Eduardo Darnauchans y Sylvia Meyer
Me estaba reservado lo que a nadie. Voy a ver brillar los bichos de noche, azules y rosados, color caramelo clavelina. Iban despacio, cambiándose señales. Otros muy grandes de capa negra y lunares blancos o blancas y lunares negros. Y al chocar en algo firme se deshacían con un rumor de seda y de papeles. Me daba cansancio y temor. Y así volvía a la silla única pero en el techo, estaban boca abajo matas que con peligro yo había plantado, tomates y azucenas. Las conejas de adentro de la casa miraban hacia eso con afección. Y la divinidad, peluda y brillante, descendía por la pared. Eternamente.
Voz: Marosa Di Giorgio
Música: "De Despedida" (letra de Víctor Cunha y música de Eduardo Darnauchans)
por Eduardo Darnauchans y Sylvia Meyer
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