tabaco mariposa
aprendí a fumar con rubén
enrrollando tabaco mariposa en papel
de seda
lo hacíamos de noche
sentados en un escalón de la casilla
mientras a nuestros pies
sus lánguidos perros soñaban
con la sangre dulce de las liebres
en el monte cercano
a veces todo era oscuridad, salvo
su cara
iluminada brevemente por el fuego
como un animal
por los relámpagos
el día que se fue del pueblo
me dejó su radio
y los jabones partidos
que yo usaba pasándomelos
despacio
por el cuerpo
con la última espuma disuelta en el agua
se fue, también, la memoria
y el deseo de él
una cosa fragante
y sutil
como los eucaliptos
cuando los moja la niebla
mañana de verano
a los siete, una mañana de verano,
mi tiré al tanque desnuda
un verdín viejo y neblinoso
ocultaba los peces
breves y violentos
que fueron a morderme
los pies
hubo algo carnal en la manera
en que los dientes
y la sangre de todos
se mezcló
con la asfixia
con el miedo a la muerte
con el espasmo tembloroso
en que brillamos
al unísono
obediencia
besame el corazón, pidió
entonces tomé el cuchillo
lo abrí desde la garganta
hasta el estómago
y rompiendo de a una sus costillas
hurgué y hurgué con los dedos
su tórax, hasta encontrarlo
estaba aún tibio y era rojo, grande,
hermoso como una fruta no imaginada
acerqué los labios para dar el beso más dulce de mi vida
luego cerré sus ojos y le dije al oído
que siempre haría lo que él quisiera
de tabaco mariposa (caballo negro editora, 2009).
Elena Anníbali nació en Oncativo, Córdoba, en 1978. En 2007, publicó Las madres remotas (Editorial Cartografías, Río Cuarto). Tabaco mariposa fue publicado por caballo negro editora, en noviembre de 2009.
aprendí a fumar con rubén
enrrollando tabaco mariposa en papel
de seda
lo hacíamos de noche
sentados en un escalón de la casilla
mientras a nuestros pies
sus lánguidos perros soñaban
con la sangre dulce de las liebres
en el monte cercano
a veces todo era oscuridad, salvo
su cara
iluminada brevemente por el fuego
como un animal
por los relámpagos
el día que se fue del pueblo
me dejó su radio
y los jabones partidos
que yo usaba pasándomelos
despacio
por el cuerpo
con la última espuma disuelta en el agua
se fue, también, la memoria
y el deseo de él
una cosa fragante
y sutil
como los eucaliptos
cuando los moja la niebla
mañana de verano
a los siete, una mañana de verano,
mi tiré al tanque desnuda
un verdín viejo y neblinoso
ocultaba los peces
breves y violentos
que fueron a morderme
los pies
hubo algo carnal en la manera
en que los dientes
y la sangre de todos
se mezcló
con la asfixia
con el miedo a la muerte
con el espasmo tembloroso
en que brillamos
al unísono
obediencia
besame el corazón, pidió
entonces tomé el cuchillo
lo abrí desde la garganta
hasta el estómago
y rompiendo de a una sus costillas
hurgué y hurgué con los dedos
su tórax, hasta encontrarlo
estaba aún tibio y era rojo, grande,
hermoso como una fruta no imaginada
acerqué los labios para dar el beso más dulce de mi vida
luego cerré sus ojos y le dije al oído
que siempre haría lo que él quisiera
de tabaco mariposa (caballo negro editora, 2009).
Elena Anníbali nació en Oncativo, Córdoba, en 1978. En 2007, publicó Las madres remotas (Editorial Cartografías, Río Cuarto). Tabaco mariposa fue publicado por caballo negro editora, en noviembre de 2009.
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