Objetivas azaleas
Las azaleas se reabren
silenciosas y salvajes.
La lluvia torrencial
no ha podido convencerlas
de lo adverso y lo definitivo.
Sus campánulas
bajo el sol tibio se despegan,
repatriadas a su forma.
Ya no hay desarmonía,
no hubo
devastación.
de La sed,libro inédito.*
La estratega
Mover las sombras es lo que se hace
cuando no es posible discernir lo que
está pensando el adversario
MIYAMOTO MUSASHI
Fingir un ataque poderoso
para conocer en las reacciones
la intención del otro;
es lo que un maestro oriental llama
mover las sombras.
Pero no hubo respuestas;
los ejércitos no se desplegaron
en escuadra,
los barcos no izaron sus velas
en el viento de la furia,
ni partieron columnas de avanzada,
con sus petos inclinados
y su andar sigiloso.
Ningún guerrero solitario
saltó por detrás de la espesura
con una verdad afilada
como un sable legado por ancestros.
Nada que pudiera encontrarse
en el arte de la guerra;
apenas una contenida alteración
y unas palabras suaves
en el camino de los ojos;
sólo la palidez de quien intenta
relajar su movilidad;
una fineza experimentada
en el combate, que distingue
la clase de golpes,
por el pulso del corazón.
Un peligro mayor
deshacía su estrategia
y la del maestro oriental;
le descomprimía los músculos
y la invadía
con una inequívoca exudación;
estaba siendo amada,
más aún, debía aceptarlo.
de La hybris, Ed. Bajo la luna, Bs. As., 2007.
Azar y necesidad del benteveo
Cualquiera diría que
con el follaje nuevo
con los despuntes verde agua
sobre el marrón traslúcido
de los troncos
volvían los pájaros
o mansa, la primavera se cumplía
más visible
en este extremo de la ciudad
Pero unas semanas atrás
había que ver a aquel benteveo
sobre el palo pelado de los árboles
golpeando las ramas
con su pico y su canto
como si ya oliese en la madera
la savia estallante
o incitase a las resinas
a hacer su trabajo
No por eso
habría que convertir
en causalidad el azar
distorsionar la materia,
el simple canto;
pero las azaleas de octubre
florecieron en septiembre
y las camelias extendieron su rito
de reinas invernales a pesar
del verde profuso
El benteveo con sus gafas
negras, como de pájaro
egipcio o maquillado
no ostentaba señas;
el inferos, lo celeste
eran datos de otro orden
para la oscuridad de los ojos
Algo ocurría y el benteveo
era el eslabón inestable
sobre la sequedad,
el desvío que anticipaba
con el enlace de hojas,
otros pájaros;
una de esas fluctuaciones
en las que el azar,
más imprudente,
altera la objetividad,
corrobora el cambio
La imagen del benteveo
en retrospectiva,
también, se arbolaba:
subía desde la memoria
a la flecha del tiempo
En ese terreno casi baldío
que para queja de los vecinos
permanecía dejado a su suerte
la naturaleza resolvía
su quehacer
necesario y fortuito
previsible y alterado
Baldío, también
el lugar donde una imagen
era raíz, si albergada,
y luego árbol deseado
no sólo entropía
y espontánea destrucción
En las notas repetidas del benteveo
esa composición que reordenaba
monótona los mismos elementos
en ese acorde exaltado; inexacto
al acompasar los duros golpes,
las ramas secas fueron
transitoriamente inertes
cumplidamente invernales
de Química diurna, Ed. Alción, 2004.
EL borde
Borde, límite doméstico
medianera al fondo de la casa
que separa
el jardín del baldío
como una compuerta que cede
espacios,respiración
Un zorzal
escondido en el ramaje
vestigio y suntuosidad
urbana; agua
escuchada sólo en la sed
en el opacamiento
de la hojas entradas a un orden
de despedidas. Río
que mana imaginario
y elemental
desmiente cauces
humedece la espalda
la devuelve
al límite sin domesticar
a la desmesura
del agua desoída.Interior
que sobreexpone el paisaje
a una riesgosa filtración
Borde irregularizado
en el arrastre orgánico,
plancton
si topografía deseante
el borde es un río
de El borde es un río,Libros de Tierra Firme, 1997.
El puente es el lugar del nómade
la única construcción que se permite
su fuga, su visa
su salvoconducto
De Colorado recuerdo
un pueblito fantasma
abandonado al correrse
la frontera del oro:
mecedoras quietas en los porches
sin peso, sin cuerpos;
carril de detención,
en tu zona de baja velocidad
tu pueblito fantasma,
espacio sobrecargado
y nadie, lugares
de mala combustión
Retardo, retorno
al paisaje ausente,
sustancia que no termina
de entenderse con el agua
ni se deja dócil traspasar
Pasos del Riachuelo,
garganta de agua pesada
que me vuelve
costosamente a mí
de Puentes, Libros de Tierra Firme, 2000.
Anónima
vete Federico a la cruzada
si regresas
asaré carne de venado
y sonrreiré junto al fuego
al verte desgarrar
un muslo entre los dientes
tu barba crecida
con olor a pólvora
vete a mí me toca
raspar con arena
el tizne en la marmita
cuidar a los niños
de la fiebre azul
cuídate tu también
del escorbuto
ojalá tengáis tiempo
de inventar la penicilina
vete tranquilo
los hombres que se quedan
rimarán mi lamento
y mi dolor suspendido
de un gancho
como una res
o una brillante cacerola
de Anónima, Buenos Aires, Ultimo Reino, 1992.
Fragmentos
la belleza es un eslabón
perdido
el mar es ajeno y da vueltas
el llanto puede
componer esa distancia
y tal vez la búsqueda pueda
y tal vez la caída
no sé
el mar es también la presencia
de unos brazos que se acercan
para abrazar
suele ser
el eslabón perdido
pero cómo afirmarlo ahora
que la calma es un pantano
la lógica
una torpe certidumbre
y las palabras
cansan
de El mundo encima, Editorial Rayuela, 1982.
Libros de poemas:
El cielo posible, Buenos Aires, El Escarabajo de Oro, 1977.
El mundo encima, Buenos Aires, Rayuela, 1982.
Anónima, Buenos Aires, Ultimo Reino, 1992.
El borde es un río, Buenos Aires, Libros de Tierra Firme, 1997.
Puentes, Buenos Aires, Libros de Tierra Firme, 2000.
La ville des ponts/ La ciudad de los puentes, Québec, Canadá: Écrits des Forges, 2001.
Química diurna, Córdoba, Alción, 2004.
La hybris, Ed. Bajo la luna, Bs. As., 2007.
Ensayo:
La doble voz. Poetas argentinas contemporáneas, Buenos Aires, Biblos, 1998.
Leer poesía. Lo leve, lo grave, lo opaco. Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica, 2011.
* agradecemos a los amigos de Tuerto Rey
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