Mi maestra de dibujo dijo: Mira, piensa, haz una marca.
Mira, me dije.
Y esperé para ser marcada.
Las nubes son blancas pero oscurecen
con la lluvia. aún un niño las desdibuja
en pequeñas lanitas en una ladera, pequeños
paquetes sin piernas. Mira, mi maestra
seguramente me diría, dime, no son nada
Como eso. Como eso: la mentira. Como eso: el poema.
Ella dijo: contesta a la parte más pesada
de la figura primero. La densidad es
forma. Que sigo escuchando destino
no es una marca de carácter. Como peregrinación
transformada en milagro en una habitación ruidosa, alguien
tan ferviente en mi oído. Luego matrimonio deslizó
Espe-jismo. Espe-jismo. Escuché al famoso poeta dejarse
derrotar en su micrófono, triunfante.
La figura a dibujar
ni siquiera la mitad de mi edad. Ella ha vaciado
completamente su rostro
para su empleo inmóvil una hora.
Mira. Okay. Pero el pequeño
sueño allí adentro, adentro del Piensa
que sigue luego. Un lápiz en mi mano, su vida secreta
es carbón, la madera casi ardida,
un sacrificio.
******
My drawing teacher said: Look, think, make a mark.
Look, I told myself.
And waited to be marked.
Clouds are white but they darken
with rain. Even a child blurs them back
to little woolies on a hillside, little
bundles without legs. Look, my teacher
would surely tell me, they’re nothing
like that. Like that: the lie. Like that: the poem.
She said: Respond to the heaviest part
of the figure first. Density is
form. That I keep hearing destiny
is not a mark of character. Like pilgrimage
once morphed to mirage in a noisy room, someone
so earnest at my ear. Then marriage slid.
Mir-aage, Mir-aage, I heard the famous poet let loose
awry into her microphone, triumphant.
The figure to be drawn —
not even half my age. She’s completely
emptied her face for this job of standing still an hour.
Look. Okay. But the little
dream in there, inside the think
that comes next. A pencil in my hand, its secret life
is charcoal, the wood already burnt,
a sacrifice.
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