jueves

Alicia Mabel Partnoy (Argentina, 1955)

Pin It


Cuatro Postales


I.
La muerte, mi vecina,
lo convenció a mi hermano
de que tomara
unas vacaciones de la vida.
Y él, una mañana,
apagó la luz con el gatillo.
En donde está no hay postales
para mandar a los amigos...

II.
La muerte, mi vecina,
me golpeó la puerta un mediodía;
venía a pedirme
"una tacita de arrepentimiento"
y una pizca
"sólo una pizca" de cobardía.
"Vuelva mañana" le dije.
Y esa noche me mudé.

III.
La muerte, mi vecina,
me descubrió una tarde
con los ojos vendados,
cubierta de frazadas
que olían
a cuerpos sucios y aterrados.
No la ahuyentó el olor, estoy segura,
porque ese mismo día
llevó a ZulmaMaríaElenaBenjayBraco
que portaban idénticas frazadas.
La muerte calzaba botas militares.

IV.
La muerte, mi vecina,
harta ya de que la ande esquivando,
vendrá descalza un día
a llevarse mis huesos
a un país de lluvias sin futuro.
¡Ojalá que se ahogue en mis cenizas!




Datos Biográficos

Me sacaron la tierra
de debajo
-a eso llaman destierro-
o sea que, de pronto,
me faltó el suelo
y me sobró distancia.
Pero un día,
antes de aquello,
me habían arrancado
la libertad de cuajo,
y entonces,
cuando me faltaba el aire
y me sobraban rejas,
me sentía
un poco mejor que antes,
que cuando me quitaron
a mi hija de los brazos:
en ese entonces
me faltaba todo -el futuro-
(podría decir que me sobró la vida).
Y sin embargo
todavía me acordaba
del día que los milicos
metieron a mi patria entre barrotes,
ese día me sobró la fuerza
y me faltó el miedo.
Allí empezó la cosa.


Comunicación


Yo te hablo de poesía
y vos me preguntás
a qué hora comemos.
Lo peor es que
yo también tengo hambre.

...si yo no lloro...
...si yo no lloro,no,
no estoy llorando.
Es sólo un grito de agua
que se escapa
por entre las fisuras
de mi cuerpo...



Confesión


...A falta de otros bienes
llevo a cuestas mis más viejos poemas.
Ellos suplen las cosas
y las gentes
que me arrancó la lucha despareja.
Maltrechos y arrugados,
yo los aliso sobre las hojas nuevas...
y vienen a contarme unas historias
que no tiene siquiera moraleja.
Hoy quiero confesarte, amigo mío,
que ya no soy poeta:
soy embalsamadora de poesías.
A falta de otros vienes
ando con mis cadáveres a cuestas.

Venganza de la manzana
Me arrojaron
como piedra,
yuyo, yerba mala;
separada,
la manzana podrida,
subversiva...
Pero ahora
fermentan
las manzanas
restantes,
es decir,
vienen fermentando
desde antes
de que a mí
me sacaran del cajón.

Pero ahora,
caterva de milicos
y oligarcas,
prepárense
para morir borrachos,
empachados,
incurablemente intoxicados,
sumergidos
hasta las orejas
en el dulce jugo
de la Gran Sidra Nacional.

No hay comentarios. :

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...