III
Pido perdón por esta vocación de grito
y entro con todas las gaviotas en el cuarto
de los hombres sin destino.
Ya ves que siempre vuelvo sobre las
mismas fotografías,
ya ves que no aprendo a vivir,
que no tengo instinto de supervivencia,
Y entonces
me pido perdón por esta manía de pasar
el tiempo
con los aguijones de la nostalgia
clavados en la voz.
Es que no puedo resignarme,
Pese a esta calma de océano,
de embarcación abandonada a la deriva,
ahí voy
justo en medio del silencio,
desparramando fantasmas inútiles,
por no saber hacer las cosas.
IV
Soy una calle deshabitada,
La ausencia penetrante de un atardecer sin
sol
Soy la lluvia que cae sobre las plantas.
Hoy soy el tango que resuena desde un
tiempo remoto y solitario.
V
Finalmente,
tenía razón el amanecer.
La consecuencia de moldear un sueño,
es perfume y espinas de rosas en la piel.
He dejado correr sangre sobre mi tiempo
mis manos son un mapa del pasado
y la promesa del porvenir
-siempre la hermosa y atormentante
contradicción.
Hoy puedo soportar el sol en mis párpados
y saberme atravesada de sombras.
Hoy también puedo celebrar
aunque te lleve en mi cuerpo como una
herida incurable
sabiendo que fuiste el precio de esta
mañana de pájaros azules.
de “Si cruzas esta puerta…”, Cara de Cuis Editora, 2010
Pido perdón por esta vocación de grito
y entro con todas las gaviotas en el cuarto
de los hombres sin destino.
Ya ves que siempre vuelvo sobre las
mismas fotografías,
ya ves que no aprendo a vivir,
que no tengo instinto de supervivencia,
Y entonces
me pido perdón por esta manía de pasar
el tiempo
con los aguijones de la nostalgia
clavados en la voz.
Es que no puedo resignarme,
Pese a esta calma de océano,
de embarcación abandonada a la deriva,
ahí voy
justo en medio del silencio,
desparramando fantasmas inútiles,
por no saber hacer las cosas.
IV
Soy una calle deshabitada,
La ausencia penetrante de un atardecer sin
sol
Soy la lluvia que cae sobre las plantas.
Hoy soy el tango que resuena desde un
tiempo remoto y solitario.
V
Finalmente,
tenía razón el amanecer.
La consecuencia de moldear un sueño,
es perfume y espinas de rosas en la piel.
He dejado correr sangre sobre mi tiempo
mis manos son un mapa del pasado
y la promesa del porvenir
-siempre la hermosa y atormentante
contradicción.
Hoy puedo soportar el sol en mis párpados
y saberme atravesada de sombras.
Hoy también puedo celebrar
aunque te lleve en mi cuerpo como una
herida incurable
sabiendo que fuiste el precio de esta
mañana de pájaros azules.
de “Si cruzas esta puerta…”, Cara de Cuis Editora, 2010
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