Es la infatuación:
el amor al amor,
el odio al odio,
vuelven las cosas opacas
y las palabas flacas,
ilusión que no hace sombra.
El amor solo y el odio claramente
vuelven las cosas transparentes
pero con sombra propia
y las palabras fibrosas
no son copia de la cosa
donde encarna el yo.
Te amo y odio,
sí y no,
y desde hace tantos años
que el daño está claro:
somos yo y yo y vos.
Sentarse y aprender el dos.
*
Dichoso aquél, Safo querida,
que antes de morir puede decir con alegría
gasté todo el tesoro de los celos.
Sentarse a ser pobre.
Tener miedo.
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