Celebro el rojo sangre hembra. Rojo boca con rouge
para matar cautos y dejarse matar por incautos.
Sangre que deshoja el estigma del himen, rojo rubí
oscuro para comerte mejor, lobo,
para dejarte en los huesos las impresiones labiales,
y arruinar la vida de la policía religiosa.
Celebro el rojo menstruo en el tintero. Y que viole
la ley hebrea de los días de peste,
gritando pasionarias.
Celebro la sangre fémina rojo semáforo de cruzar
desafiando a la muerte.
Pero también me gusta el rojo esputo de tísico que
mata al librero que censura con semen en furia la
escritura de ninfas,
y el rojo tisana de arpía, que la ahoga de odio
a sus sobrinas.
El rojo vicio que nunca podrá con el arsenal del rojo
sueño.
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