Helsinki
Cuando la angustia y la soledad se le atascan en la garganta, lo cual puede llegar a ocurrir varias veces a lo largo de un día standard, cierra los ojos y se imagina que está en Helsinki.
El aire puede hacer sangrar a quien respira, el sol pule las avenidas, la arquitectura de la ciudad muestra a los transeúntes su larga sonrisa de ventanas. La gente tiene pelo como nieve y ojos como agua. La piel es transparente, es decir, podría decirse que no hay piel; pero esta pureza es común en los climas fríos. Es difícil mentir a cara descubierta. Por eso, cuando alguien le dice a alguien “minä rakastan sinua”, ese alguien (el segundo) enseguida sabe si es verdad.
Cuando las miradas a su alrededor se cierran, cuando las voces se cubren de ceniza, cierra los ojos y está en Helsinki. Bajo la protección de Jean Sibelius y del General Mannerheim y de los estudiantes rateados del colegio que pasean por el Parque de la Explanada. El estilo de los edificios se llama neorrenacentista, pero trataremos de decirlo en poemas.
Cuando las horas asfixian, cierra los ojos y está en Helsinki. Previsiblemente, hace frío. Tendría que haberse puesto una campera.
Laura Chalar nació en Montevideo en 1976. Es abogada, crítica literaria y escritora (no necesariamente en ese orden). En 2005 publicó "por así decirlo" (poesía) con la editorial Artefato. En 2007 publicó su colección de cuentos "El discreto encanto de la abogacía" y obtuvo, con "La maravillosa boda de Uruguay y Finlandia", una mención en el concurso de poesía de Casa de los Escritores del Uruguay. Es co-editora de la revista literaria Versal, editada en Amsterdam (www.wordsinhere.com). En su escaso tiempo libre, escribe reseñas de cine, escudándose tras la identidad, tal vez ficticia, de un anciano reaccionario.
Cuando la angustia y la soledad se le atascan en la garganta, lo cual puede llegar a ocurrir varias veces a lo largo de un día standard, cierra los ojos y se imagina que está en Helsinki.
El aire puede hacer sangrar a quien respira, el sol pule las avenidas, la arquitectura de la ciudad muestra a los transeúntes su larga sonrisa de ventanas. La gente tiene pelo como nieve y ojos como agua. La piel es transparente, es decir, podría decirse que no hay piel; pero esta pureza es común en los climas fríos. Es difícil mentir a cara descubierta. Por eso, cuando alguien le dice a alguien “minä rakastan sinua”, ese alguien (el segundo) enseguida sabe si es verdad.
Cuando las miradas a su alrededor se cierran, cuando las voces se cubren de ceniza, cierra los ojos y está en Helsinki. Bajo la protección de Jean Sibelius y del General Mannerheim y de los estudiantes rateados del colegio que pasean por el Parque de la Explanada. El estilo de los edificios se llama neorrenacentista, pero trataremos de decirlo en poemas.
Cuando las horas asfixian, cierra los ojos y está en Helsinki. Previsiblemente, hace frío. Tendría que haberse puesto una campera.
Laura Chalar nació en Montevideo en 1976. Es abogada, crítica literaria y escritora (no necesariamente en ese orden). En 2005 publicó "por así decirlo" (poesía) con la editorial Artefato. En 2007 publicó su colección de cuentos "El discreto encanto de la abogacía" y obtuvo, con "La maravillosa boda de Uruguay y Finlandia", una mención en el concurso de poesía de Casa de los Escritores del Uruguay. Es co-editora de la revista literaria Versal, editada en Amsterdam (www.wordsinhere.com). En su escaso tiempo libre, escribe reseñas de cine, escudándose tras la identidad, tal vez ficticia, de un anciano reaccionario.
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