miércoles

Sara de Ibáñez (Paso de los Toros, 1909/Montevideo, 1971)

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Prólogo


Cerca
porque en el aire de mi oído
florece un rumor blanco de nocturnas abejas

Lejos

porque he corrido tras mi voz para hallara,
fatigando instrumentos del metal a la espuma.

Cerca
porque me cercan -vallas empecinadas-
su cerrazón de agujas, sus bosques andariegos,
en lentos remolinos que enfrían mi cintura.

Lejos

porque mis ojos desenvueltos han ido
ensagrentando rocas y devorando espinas
por sus propios caminos más largos que los cielos.

Cerca
porque me siguen sus calladas milicias
rozándome la nuca con alientos de plata
y cavando en el viento tumbas a mis palabras.

Cerca, cerca, muy cerca y eternamente lejos
—me he quebrado la carne para filtrar su lumbre—

en cerrados idiomas de pinares con nieve,
la fiel, la incorruptible, dialoga con su espejo.



Epílogo

Cerca
porque su voz contra mis sienes
blande culebras de agua, rosas y ramas secas.

Lejos
porque mi oído se detiene entre nubes,
viajero sorprendido sobre puentes quebrados.

Cerca
porque las luces de su pausado espejo
prueban melladas hojas en mi espalda desnuda
y agobian con relámpagos mi desvalida sombra.

Lejos
porque la carne se cansa en sus fronteras

y la sonrisa nace de un huevo de su olvido,
cuando empieza el retorno sus tenaces veranos.

Cerca
porque no puedo cerrar mi pobre casa
y extirpar de mis aires sus musgos silenciosos,
y decirle: ¡estás fuera! y no saber su nombre.

Cerca, cerca, muy cerca y eternamente lejos,
rompiendo y levantando su encaprichado muro,
la fiel, la incorruptible que en sí misma reposa,
martiriza a su arcángel y dilapida mundos.
(1938)


¨(...) esta mujer recoge de Sor Juana Inés de la Cruz un depósito hasta ahora perdido: el del arrebato sometido al rigor: el del estremecimiento convertido en duradera espuma (...) mirar todo su ser maduro y moreno es comprender nuestra mayúscula América: tiene en su belleza taciturna, algo de Gabriela Mistral: es tal vez un aire misterioso y grandioso, un encadenamiento volcánico que no nos es dado descifrar¨
Pablo Neruda, abril de 1939. Fragmento del prólogo al poemario Canto, primer libro publicado por Sara de Ibánez.

Su nombre era Sara Iglesias Casaderi, pero adoptó como escritora el apellido de su marido, el crítico y poeta uruguayo Roberto Ibáñez.
En 1940 publicó Canto, con prólogo de Pablo Neruda, su primer volumen de poemas, con el cual alcanzó prestigio internacional. Ejerció como profesora de Literatura desde 1945 y colaboró en numerosas publicaciones nacionales y extranjeras (La Nación, Cuadernos Americanos, Zona Franca, Le Journal de Poètes). Su obra se inserta en la tradición de la poesía crítica, autorreflexiva, orientada a manifestar un profundo escepticismo hacia el lenguaje.
Entre sus obras: Canto a Montevideo (1941), Hora ciega (1942), Pastoral (1958), Artigas (1951), Las estaciones y otros poemas (1957), Labatalla (1967), Apocalipsis XX (1970), Canto Póstumo (1972).

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