miércoles

NADIA PRADO (Santiago de Chile, 1966)

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KILÓMETROS DE GENTE EXTRAÑA


Despierto, utilizo lo que me queda en el alma, casi inerte recorro con los dientes las calles

para engendrar mi nombre.


Pero mi carne se resiste, mis ojos ven mi cara y su boca desaparecida. Mi boca yace en 

silencio. Mi mano es incapaz de un solo trazo.

Mi letra es invisible, pero las palabras me pertenecen.

Y aunque mi mano no tenga fuerzas para levantarse, sé que estoy completamente escrita

por dentro.

***



Al vaciar el corazón para decir quién soy, a veces no lo sé. Tal vez sea una provinciana
perdida en tanta división administrativa. Pero vivo en este lugar, conquistado por antiguas ambiciones. Me vejaron, con armas y fuerza. Mi provincia es un pedazo de tierra que se integra a los imperios sucios del deseo. En este troza vivo. No puedo incrustarme en el balcón antiguo y ajeno de la prosperidad rubia. El horizonte blanco escupe estas mechas tiesas. Mi provincia es una extensión de terreno al que se le da es nombre sin que sea una provincia, soy por error. Vivo en este país de zonas erradas y conceptos perdidos en el paladar hambriento de una cara caoba. En el rostro que dentro de la nación hace fronteras en barrios, expectantes frente a la prosperidad, otros avergonzados en la hambruna que fluye como río. Vivo este pedazo de tierra ambivalente, oblicua; la provincia, un país, un barrio, provincias de carne entre carnes. Me ubico en la orilla del alimento, naufragando, siendo nativa entre todos, suelo hablar de mi país, soy como una provinciana sufriendo cierto tipo de provincialismo, me apego, hago de este lugar mi predilección, me apodero de actitudes. Es el único sitio donde he vivido, no soy migratoria, no logro sostenerme en territorios alejados, no me adapto con facilidad en estos kilómetros de gente extraña. Este, es el terreno que me pertenece. Otros lugares, otras aventuras me agotarían demasiado, las hazañas me inmolan y el porvenir no existe. Los continentes restantes son sólo tierra paralizada. La nostalgia, a veces, provoca problemas de arraigo enfermizo, dolencias, penas, tristezas. Ese corazón que te consuela, ausente, sin patria en su carne muerta, sin filiación vagando en esa pena después de perder un bien preciado. Sufro de este provincialismo cuando el habitáculo está frío, cuando la cama está anegada de ausencia, cuando la casa no existe. La calle impregnada en la ciudad, se ausenta en tanto aburrimiento.



Me desprendo, el habitante que he querido ser se ha ido. La pereza retorna.


Soy la propia muerte que viene a colonizarme sin resistencia.


NADIA PRADO (Santiago de Chile, 1966). En 1991 recibió la beca de la Fundación Pablo Neruda y, entre sus libros publicados se encuentran: "Simples placeres" (1992) y "Carnal" (1998). 

De Nadia Prado DIJO ANDY NACHON: 

"Al vaciar el corazón para decir quién soy, a veces no lo sé. Tal vez sea una provinciana, perdida en tanta división administrativa." A partir de estos versos conocí a Nadia Prado. Fue en una lectura de poesía, hace tiempo, y la voz de esa mujer casi pequeña y calma irrumpió en el salón cortando el aire. Hay en sus palabras, en los viajes a través del desorden y el goce que esas palabras trazan, cierta potencia sostenida al vilo de un compromiso entrañable entre la escritura y las condiciones que rodean esa escritura. No en vano, sus dos libros éditos se llaman "Simples Placeres" y "Carnal". El universo que Nadia propone plantea búsquedas obsesivas en un plano acotado donde cuerpo y biografía se hacen voz. Una comarca abierta en la pasión para mostrarse cada vez otra e infinita. Placeres de lo conocido y órdenes cotidianos que el deseo fragmenta: una pesquisa material donde el poema puede mostrar sus dientes y exhibir el gusto agrio que una palabra perdida nos dejó en el paladar. Allí reside la fuerza en la voz de Nadia, una intensidad en movimiento, arrasadora, donde resulta difícil separar la integridad de la mujer de esa dimensión que su deseo dictamina: buscar en la escritura, descentrarse para acceder a ese buscar que instala siempre un más allá. Compromiso que subleva, a veces deja exhausta en la impotencia y otras nos devuelve en revuelta el instante de preciado hallazgo. Y estas instancias se testimonian desde una sinceridad sin gentilezas: ásperos, los poemas nos entregan un mapa de esa empresa que no presenta —ni podrá presentar— nunca un fin acabado. Porque "aunque mi mano no tenga fuerzas para levantarse, sé que estoy completamente escrita por dentro". 

Andy Nachon es poeta argentina, nacida en Buenos Aires en 1970, fue quien reconoció el hacer literario de Nadia Prado en un artículo-selección poética breve de la Revista Ñ, en septiembre de 2002.



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