jueves

Nora Perusin (Argentina, 1955)

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LOS SOLES OBLICUOS
a Rosario Chavez.


Los retornos tienen algo de impiedad
entierros, voces vecinas, 
el rostro sobre el espejo
es una lámpara que arde la memoria.
De niños chupábamos naranjas, 
tras los perfumes de jacarandá
tiramos carozos del otro lado del mundo.
- los gestos del adolescente corrían de los
diarios íntimos a calabazas de medianoche-
Nos armamos del idioma extranjero
para nombrar el nombre de las cosas,
era tan fácil el paraíso
era tan fácil sentarse en las "tabernas",
ladrones putas y viajantes
tomaban vino, manojos de pan
y agua desparramada.
Con Rosario Chavez
teníamos esas conversaciones
en los soles oblicuos de Leningrado.
Desde el racconto de una historia inconclusa,
al paso de las fronteras suizas e italianas
vimos decrecer a los mecanos
la obsesión por los misiles
la patria como barco encallado después de la llovizna.
Nos dispersaron la memoria
la sangre que viene y vendrá por tejados y azoteas
atardeceres de Florencia en las cañas de Tucumán
el cielo volátil.
Los aeropuertos se acostumbraron a la pasión.
Hay cosas que van quedando
al mirar tristísimos de reojo
las ciudades que hemos muerto
a luz de candelabros subidos en los
almacenes. Fuimos bebedores de té
entre persianas a media tarde
y pasos repentinos.
Ahora la mancha de humedad
es la mancha de humedad.
Ahora los paisajes son una película ciega.



de Los soles oblicuos(1999)

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